Imagen de uno de los autógrafos de Miguel de Cervantes
La Universidad de Sevilla encuentra el documento extraviado del siglo XVI que contiene dos rúbricas del escritor.
Hace un siglo que se estudió por primera vez el documento, que fue donado Biblioteca de la Universidad de Sevilla por los herederos de Luis y Santiago Montoto. Fue de la mano del abogado Adolfo Rodríguez en 1914, que además, comunicó el hallazgo en su discurso de ingreso en la Academia Sevillana de Buenas Letras, aunque desde entonces ha permanecido junto a otra documentación aún por catalogar -como parte del legado de los escritores Luis y Santiago Montoto- en la Universidad de Sevilla. Las firmas del autor pertenecen a su intervención como testigo en un proceso a favor del comediante y mesonero Tomás Gutiérrez de Castro, cuyo ingreso en la antigua Cofradía del Sagrario había sido rechazado por no haber sido considerado persona de suficiente calidad, precisamente por comediante y mesonero.
No obstante, con posterioridad a esa fecha el documento se dio por extraviado, hasta su reciente hallazgo, durante las tareas de revisión de catalogación del fondo manuscrito, en una caja del archivo familiar de Montoto, que compartía con otros documentos notariales del siglo XIX. Según informa la Junta de Andalucía, no existe duda acerca de la autenticidad del documento, ni de la de las dos firmas de Miguel de Cervantes Saavedra, que aparecen en los folios 15v y 24v, al pie de los testimonios que presentó en apoyo de la causa de Tomás Gutiérrez. Ambas firmas son idénticas a las demás conocidas de Cervantes.
El interés del documento es doble, pues además de contener dos firmas autógrafas de Cervantes, aporta abundante información de interés histórico, social y literario. Pese a ser conocido, se trata de un hallazgo de interés tanto por el valor patrimonial del documento así como por el interés para la historia social y literaria de Sevilla. El documento, que consta de 96 folios manuscritos en letra procesal de varias manos y con algunas manchas de hongos en las primeras páginas, está en buen estado de conservación, según Eduardo Peñalver, director de la Biblioteca Histórica y Fondo Antiguo de la Universidad de Sevilla, que entre otras joyas conserva una Biblia de Gutenberg.
Ha comentado, por otro lado, que el descubrimiento ha venido porque "la biblioteca aún no había catalogado la caja en la que se hallaba y contenía materiales muy diversos y desordenados", principalmente notariales, aunque también recortes de prensa y notas sueltas.