Lea Vélez
La literatura del duelo, que tan buenas novelas ha proporcionado a nuestra narrativa en los últimos años (Tiempo de vida, de Giralt Torrente, También esto pasará, de Milena Busquets, El comensal, de Gabriela Ybarra, entre otras) ofrece en este relato de no ficción una nueva perspectiva: cómo convivir con la pena mientras el enfermo amado vive, tejiendo a golpe de recuerdos la memoria que más tarde permitirá soportar el dolor, y, sobre todo, hará posible que dos niños de dos y cuatro años aprendan a amar a ese padre prematuramente ausente. Lea Vélez (Madrid, 1970) lo consigue en El jardín de la memoria alternando tres relatos: la historia de los últimos meses de vida de George, su marido, enfermo de un cáncer terminal de próstata; la del hermano mayor de George, Stephen, muerto a los diez años de leucemia, en los 50; y la de Francesc Boix, el fotógrafo de Mathausen, que sobrevivió para contarlo porque de todos los negativos que pasaron por sus manos hizo una copia jugándose la vida. Como un detective la narradora-protagonista va encajando las piezas de un puzzle delicado, con lágrimas, risas, canciones, sabiendo que "fue un otoño extraordinario. El otoño en el que tú me enseñaste a vivir y yo te enseñé a morir". Una historia de amor que es una lección de vida y un relato tan cierto como la muerte. @nmazancot
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