Para la Fundéu 'refugiado' es la palabra del año. Foto: Alberto Rojas

Más o menos al año de nacer los bebés empiezan a balbucear sus primeras palabras. Ya no hay marcha atrás. A partir de ese momento su vocabulario comienza a crecer y enriquecerse. Es un proceso que nunca para. Al mismo tiempo, los diccionarios se amplían, entrar algunas palabras. Salen otras. Cada año surgen nuevas que traducimos, adaptamos mientras que el uso de otras se extiende. Este es el tercer año que la Fundéu ha escogido la palabra del año. Después de escoger 'escrache' en 2013 y 'selfi' en 2014, este año determina que 'refugiado' ya que "ha marcado de forma decisiva la actualidad informativa del año que termina".



Refugiado, la palabra que nos recuerda a todos el drama que están viviendo muchas personas que huyen de sus países hacia la Unión Europea se ha impuesto a 'poliamor'. "El concepto que define la palabra refugiado ha generado muchísimas dudas y debates entre los profesionales del periodismo, pues estos han sido muy conscientes de la importancia de ser extremadamente rigurosos a la hora de denominar a los miles de personas que huyen de un conflicto bélico frente a aquellas otras que buscan en otro país las posibilidades de vida que en el suyo no encuentran", explica el director general de Fundéu BBVA, Joaquín Muller.



Por eso, el aspecto lingüístico es fundamental y la Fundación creyó la necesidad de aclarar la diferencia de significado entre refugiado e inmigrante: mientras el primero es aquel que se ve obligado a buscar refugio fuera de su país a consecuencia de guerra, revoluciones o persecuciones políticas, el segundo es simplemente todo aquel que llega a un país para establecerse.



"El interés que ha despertado este término y las muchas preguntas de periodistas que han llegado a la Fundéu pidiendo un aclaración revelan, además, la preocupación de estos profesionales por escribir con precisión", añade Muller. Además, "emplear palabras específicas para acotar la realidad es un primer paso para relacionarse eficazmente con ella. Aunque la existencia de un término que abarcara tanto a migrantes como a refugiados pudiera simplificar el modo de informar, lo cierto es que estamos ante una realidad compleja y distinguir el nombre de estos colectivos ayuda, de algún modo y a pequeña escala, a distinguir las caras y la circunstancias de cada una de las personas", explica la Fundación.



Para Fundéu, "refugiado cumple las condiciones" que se le piden a la 'palabra del año': que haya estado en las noticias y en las conversaciones en el 2015, que tenga además un cierto interés desde el punto de vista lingüístico y que sea un término común a todo el ámbito hispanohablante, no propio solo de un país o región. "La primera condición es, por desgracia, obvia: en todo el mundo, pero en particular en Europa, la crisis de los refugiados, su tragedia, ha sido noticia a lo largo del año y es muy probable que lo siga siendo mientras las causas que desencadenan la huida de millones de personas de Siria, Irak, Libia y otros países no cesen", explica Fundéu.



Antes de dar a conocer la decisión final, la Fundación publicó una lista de doce palabras finalistas en la que, además de refugiado figuraban otras relacionadas con la actualidad (chikunguña), el mundo del deporte (sextuplete) y los problemas y cambios sociales y tecnológicos (inequidad, poliamor, disruptivo). También fueron seleccionadas expresiones del entorno de las redes sociales o que, al menos, han hecho fortuna en él, como el 'me gusta' de Facebook y otras redes, 'trolear' y 'zasca', una interjección convertida en uno de los sustantivos de moda en ciertos registros del español de España. De ese mismo ámbito es 'clictivismo', una alternativa en español a 'clicktivism', el anglicismo que se refiere al apoyo a diferentes causas a golpe de clic de ordenador.