Pablo García Baena: "El grupo Cántico devolvió a España la verdadera poesía"
El poeta cordobés Pablo García Baena tiene 91 años, pero sigue siendo aquel Antiguo Muchacho, título de uno de sus primeros libros de poemas, publicado en 1950. Luego vinieron Junio, Óleo, Almoneda y otros muchos poemarios y antologías, así como obras en prosa. Es, junto al pintor y también escritor Ginés Liébana, el último superviviente del grupo Cántico, cultivador de una poesía íntima y sensorial que fue puente entre la generación del 27 y los Novísimos.
Miembro del jurado del prestigioso Premio Loewe de poesía en los últimos años, ha abandonado esta responsabilidad "porque no está la salud para exponerse mucho". Pero el poeta, Premio Príncipe de Asturias de las Artes y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, ha tenido que viajar una vez más de Córdoba a Madrid porque la Fundación Loewe y el Instituto Cervantes le rinden un homenaje este martes. "Si hubiera sabido que se iba a organizar otra cosa mucho más complicada que el jurado del Loewe, habría seguido", bromea.
En el homenaje estarán poetas amigos como Luis Antonio de Villena, José Infante, Guillermo Carnero, Juan Antonio González Iglesias y Joaquín Pérez Azaústre. Ilusionado, García Baena da las gracias a los artífices del encuentro: Enrique Loewe, presidente honorario de la fundación; su hija Sheila, actual presidenta; y Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes. En la cámara acorazada de la institución, que alberga por ser la antigua sede del Banco Central y que fue rebautizada como Caja de las Letras, García Baena depositará algunos documentos que se mantendrán en secreto hasta 2065 por deseo expreso del veterano poeta. "No puedo decir qué voy a meter en la caja. Algo de prosa, poemas... cosas mías", explica.
La tarde antes del homenaje, recién llegado a la capital, el poeta nos atiende con amabilidad antes de retirarse a descansar. Le preguntamos, cómo no, por Cántico, por la concepción de la poesía de aquellos poetas juveniles que quisieron dar lustre a una época deprimente. Nos habla también de la sonoridad, de la métrica, de lo que está escribiendo ahora y de su viva relación con los jóvenes poetas andaluces de hoy, como demuestra la presencia de algunos de ellos en este homenaje.