Peligro de derrumbe
Pedro Simón
27 marzo, 2015 01:00Pedro Simón. Foto: Carlos García Pozo
Escribe la socióloga francesa Michèle Petit que "la literatura pone palabras allí donde más duele". Afirman las encuestas que la principal preocupación de los españoles en los últimos meses -y ya van muchos- es la crisis. No es de extrañar, pues, que la literatura ponga palabras de denuncia, de rabia, de bálsamo ante un dolor generalizado de nuestra sociedad. En los últimos años, y no sólo en nuestro país, la crisis se ha convertido en asunto principal de la narrativa de ficción, que ha rebasado las fronteras de los géneros. "Todos los escritores deberíamos escribir nuestra propia novela de la crisis", afirmaba hace no mucho Marta Sanz.Acaso Rafael Chirbes y su En la orilla sea el ejemplo más conocido, pero hay muchos más, y muy notables: Democracia, de Pablo Gutiérrez; A la puta calle, de Cristina Fallarás; La trabajadora, de Elvira Navarro; Tiempo de encierro, de Domenico Chiappe, o Deudas vencidas, de Recaredo Veredas son sólo algunos ejemplos. Los hay también, y muy numerosos, fuera de nuestras fronteras. Por citar sólo dos: Con el agua al cuello, del griego Petros Márkaris, o Perros de porcelana, del francés Marin Ledun, estas dos últimas enmarcadas en el género que mejor ha servido tradicionalmente para retratar las miserias de una sociedad: la novela negra.
El caso del periodista Pedro Simón es otro y singular. Especializado en temas sociales, debe de ser la persona que más ha escrito sobre la crisis desde que ésta empezó en el 2008. Sus reportajes ponen el acento en las personas, en las causas y las consecuencias de sus situaciones personales y en ocasiones contienen detalles que parecen ficticios de puro desgarrados. Del poso de todas estas experiencias afirma el autor que surgieron los cimientos de esta primera novela, inseparable de su labor profesional pero al mismo tiempo más compleja, más ordenada, más ambiciosa, acaso más impactante que su labor periodística. La ficción ordena el caos para hacerlo más impactante.
La trama toma como pretexto un proceso de selección de personal. El jefe de recursos humanos de una empresa escoge un nuevo empleado de entre nueve candidatos. Cada uno de ellos acude a esa entrevista con su lastre de pérdidas. Simón nos presenta todo el espectro de víctimas de la crisis: la estudiante tan bien formada como desengañada por la falta de oportunidades, el subsahariano con un pasado escalofriante, el exempresario que bailó el agua a los políticos corruptos, la mujer del ricachón que tuvo que venderlo todo para alimentar a su hijo… todo un catálogo de vidas al borde del abismo, amenazadas por el peligro de derrumbe del título, contadas con un ritmo musical, incisivo, que las vuelve aún más feroces.
Es posible que la lectura de esta ópera prima de Simón resulte catártica para algunos, del mismo modo que consiguen serlo algunas exageradas ficciones televisivas. Para todos los demás, es una bofetada. "Un nudo en el estómago", por tomar prestadas palabras del prólogo de Enric González. Un nudo doloroso.