Image: Pilar Eyre: “He puesto todo en este libro; salgo entera”

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Letras

Pilar Eyre: “He puesto todo en este libro; salgo entera”

La escritora y periodista catalana queda finalista del Premio Planeta con Mi color favorito es verte.

16 octubre, 2014 02:00

Pilar Eyre

Fue clave en la vida de Pilar Eyre el momento en que, con veinte años, contrajo la tuberculosis. "Un médico les dijo a mis padres que las personas que tienen este tipo de enfermedad son siempre apasionados de la vida, y que esta pasión es lo que los desgasta y les provoca la enfermedad, pero también lo que les salva la vida". La autora de Franco Confidencial, finalista del Premio Planeta con Mi color favorito es verte, recuerda ese perfil médico cada vez que se siente decaer pues, dice, es un estímulo definitivo que le ha ayudado a lo largo de los años. La última vez, para escribir este libro: "Mi historia con Sebastién, que es la historia de esta novela, tiene mucho que ver con la alegría de vivir; ha sido una historia que me ha llenado de energía y me ha revitalizado. Amar y que te amen te llena de vida, de juventud, te sientes joven, bella, libre".

-Ha dicho que este libro lo escribió casi de un tirón. Creo que dijo que fue algo así como un " rapto de inspiración".
-Sí, bueno. Es que es un historia personal. Es decir, que yo primero viví la historia, y la protagonista soy yo. Ocurrió hace un año y dos meses, el verano pasado. Estaba cenando con unos amigos, entró un hombre en un restaurante, nos miramos y, a partir de ahí, nos enamoramos locamente. Después vivimos tres días de pasión desbordante, muy intensa. Él era corresponsal de guerra. Pasado ese tiempo se tuvo que ir a Siria. Al cabo de un mes lo dieron por desaparecido y, poco después, me comunicaron que lo habían secuestrado.

-Y el libro, ha dicho, es la historia de su búsqueda.
-Sí, de cómo nos conocimos, pero sobre todo de lo que pasó después. De cómo asimilé la noticia, de cómo indagué e intenté rescatarlo. De cómo tuve que involucrarme en un mundo que me resultaba ajeno.

-Lo mismo no quiere revelarlo, pero, ¿tiene un final feliz?
-Me gusta pensar que el final del libro es luminoso; lo que sí le digo es que doy solución a todas las incógnitas que se plantean a lo largo de la historia.

-Tengo entendido que fue su hijo el que le animó a escribir esta novela.
-Sí. Cuando desapareció Sebastién, pasé una racha muy mala. Entonces, un día mi hijo me preguntó, preocupado, que qué me pasaba y yo le conté la historia. Él fue quien me animó a convertirlo en una novela; me dijo: ¡Mami, esta historia es de puta madre, aquí tienes una novela, preséntala al Planeta! Así que le hice caso, me senté al ordenador y la verdad es que la historia fluyó muy fácilmente. Ana María Matute me aconsejó un día que escribiese rápido y corrigiese lento, y eso ha sido lo que he hecho. Es un libro muy trabajado, sobre todo porque yo quería conseguir ese estilo fresco, así como el estilo de mis columnas.

-Ayer comentó que esperaba que nadie se enfadara por su retrato en el libro. ¿No se ha dejado nada sin contar?
-Sí, se podría decir que sí. Yo me desnudó pero también desnudó a todo mi entorno. Salen mis amigas, mis primos, mis hermanos, mi hijo, mi perro, mis compañeros de trabajo, mis jefes de El Mundo, mis médicos... sale todo el mundo y todos salimos a través de mi mirada irónica y tierna; como yo me río de mí misma, tengo derecho hacerlo con los demás. Espero que nadie se lo tome muy en serio, ni se ofenda. Algunos nombres, sobre todo los de mis amigos que no son famosos, están cambiados.

-En las biografías que ha escrito suele centrarse en los aspectos íntimos de sus biografiados. Así que se podría decir que aquí ha hecho lo mismo.
-Si acaso cambia la perspectiva; es decir, yo me conozco mejor. Pero al mismo tiempo esto también me ha servido de acicate. El hecho de que yo haya escrito con tanta libertad sobre la intimidad de muchas personas me ha llevado a hacer lo mismo conmigo misma. Lo contrario habría sido engañoso. Yo lo he puesto todo en este libro. Salgo entera. Pensaba que el resultado iba a ser demoledor, pero al final lo que resulta es la historia de una persona con sus contradicciones, sus miedos, sus luchas. Como todos los seres humanos.

-¿Releerá el libro?
-No, no. Cuando lo vea impreso me dará una vergüenza tremenda.

-Carmen Posadas, del jurado, ha dicho que "bajo una aparente capa de frivolidad, su libro posee profundas reflexiones". ¿Está de acuerdo?
-Sí, claro. Yo tengo ya mis añitos y he escrito muchos libros y conozco mucho la vida. La reflexión a la que se refería Carmen, la que prevalece sobre el resto de reflexiones, puede ser esta alegría de vivir de la que le hablo. Hay muchas mujeres de mi edad que, teniendo la opción de seguir, deciden jubilarse y cuidar de los nietos. Me parece bien, pero esto no lo pienso hacer yo nunca.

-En la rueda de prensa del premio dijo que pertenece a una generación y a un mundo que ya no existe. ¿A qué se refería?
-A que yo soy fruto de mi época, claro, como todo el mundo. Yo nací en... bueno, búsquelo en Wikipedia.

-¿No le gusta que se sepa su edad?
- En mi anterior libro creo que pedí que no la pusieran. Pero bueno, da igual. Lo que te iba diciendo:soy fruto de un tiempo muy especial.

-¿Y echa de menos algo de ese tiempo?
-Es que el mundo ha cambiado mucho. En nuestra profesión, por ejemplo. Había mejores remuneraciones, había periódicos que duraban toda la vida, ¡que no cerraban! Ahora la profesión se ha diversificado. Pero yo pienso que la pasión por el periodismo no declina nunca.

-¿Se considera más periodista que escritora?
-Me lo habéis preguntado varios, y siempre he respondido lo mismo: ¡cómo me voy a cansar del periodismo! Es como si le dijera que me he cansado de respirar. Hace cuarenta años que soy periodista y encima yo en la redacción estoy rodeada de gente joven. Los adoro a todos, los quiero. Además, es que estáis estupendamente formados. Tanto es así que os temo; por ejemplo, nunca dejo de escribir mi columna, ni en vacaciones. Porque tengo miedo que alguno llegue, lo haga mejor que yo y me quite el sitio.