Fuego abierto sobre el futuro del libro
Javier Sierra, Blanca Berasátegui, Rodrigo Fresán, Lorenzo Silva, Milagros del Corral, Julia Navarro, Elvira Lindo, Julio Llamazares, Juan Cruz y Joaquín Álvarez de Toledo en el encuentro del Círculo de Lectores. Foto: A
Julio Llamazares , Javier Sierra, Julia Navarro, Lorenzo Silva, Milagros del Corral y Rodrigo Fresán reflexionan en un encuentro en el Círculo de Lectores sobre la figura del autor en la era digital
Los ánimos se han demostrado polarizados. Por un lado, aquéllos que propugnan la soledad y libertad del autor frente al yugo de internet, y por otro aquéllos que abrazan la tecnología como una herramienta útil para la creación. Por supuesto, la temática del libro en cuestión determina, y mucho, el papel de la red en el proceso. Javier Sierra, reacio a considerarse un nativo digital, opta por denominarse "especie en tránsito" y por dar la bienvenida a la participación del lector en la elaboración de la historia. En varias ocasiones, detalla, ha lanzado ideas vía Twitter para valorar las reacciones. Aunque, advierte "no debemos olvidar que tener 100.000 seguidores no implica vender 100.000 ejemplares". En las antípodas se encuentra Llamazares, quien reconoce que "no dejo leer ni una sola línea siquiera a mi mujer. Cuando escribo, soy el único lector en el mundo, no porque me halle en una torre de marfil, sino porque esa es mi manera de entender la escritura".
Ese modo offline prefiere también Julia Navarro: "la lectura es un acto de introspección, es ahí donde se produce la verdadera comunicación con el lector, y no tenemos por qué buscar otra vía que no sea esta, tan íntima". Navarro rechaza la "línea abierta permanente" que se impone a través de las redes sociales, y critica la "sociedad del Gran Hermano en la que tenemos que estar expuestos las veinticuatro horas del día". Lorenzo Silva se decanta por que la decisión final en lo que respecta a la historia parta del escritor, a pesar de que ha participado en "experimentos" como la redacción en directo, porque, "al final, los elogios y las coces, sobre todo las coces, me las llevo yo".
Bastantes golpes sí que se ha llevado la piratería, y en particular la forma de abordarla por parte del sector literario y editorial, que, según Milagros del Corral, "no se ha preocupado de ver qué pasaba en otras industrias". Añade, además, el peligro de los datos y las estadísticas que informan sobre la venta de libros, pues "no hay que confundir la verdadera adquisición de obras con el lucro cesante, si bien es cierto que las descargas ilegales están haciendo un daño irreparable". Para la ex directora de la Biblioteca Nacional, la solución pasa por educar a las generaciones más jóvenes: "Las autoridades competentes deben asumir una tarea de pedagogía, no de amenaza ni publicidad, y deben hacerse cargo de la necesidad de una directiva que permita la coexistencia de los derechos de autor con el acceso a la cultura".
"Hay algo en la gratuidad que resta cultura, que impide apreciar bien lo que se está consumiendo. La piratería no aumenta la cultura, sino el consumismo", ha declarado Elvira Lindo, relatora del encuentro. La escritora recalcó, como Llamazares, que "solo se puede escribir en soledad, aunque las grandes corporaciones intenten convencernos de que la masa, que celebra la ignorancia, decide". También criticó la importancia que los medios de comunicación y la sociedad conceden a los comentarios vertidos en las redes sociales, cuando, por lo general, "son el reino de la banalidad".
No podía faltar el omnipresente réquiem por el libro de papel, ni las conjeturas de hacia dónde se dirigirá el modelo. Entre los optimistas, Navarro, a la que le parece "inconcebible, no me da la gana renunciar a él". Se une Rodrigo Fresán, convencido de que "el futuro del libro no corre ningún peligro", aunque sin especificar cómo es exactamente ese futuro. Más oscuro lo ve Llamazares, quien predice que "seguramente desaparecerá cuando desaparezca la generación que se ha criado con el libro en papel. Pero el hecho literario es lo mismo", recalca. Sin embargo, una idea evocada al comienzo por Joaquín Álvarez de Toledo, director general de Círculo de Lectores, sobrevuela el encuentro: "Estamos ante un cambio de era, no una era de cambio".