Tomas Tranströmer, Premio Nobel de Literatura 2011.
La Academia Sueca ha señalado que el poeta, de 80 años, ha ganado "porque, a través de sus imágenes condensadas, traslúcidas, nos da un acceso nuevo a la realidad". La dotación del premio asciende a 10 millones de coronas, lo que equivale a 1,1 millones de euros.
Tranströmer tiene dificultades para hablar desde que en 1990 sufrió una apoplejía, pero su esposa, Monica Tranströmer, ha declarado a los medios suecos que el poeta se ha mostrado muy sorprendido por la noticia cuando el secretario de la Academia Sueca, Peter Englund, les llamó minutos antes de hacer público el galardón. "No creía que podía llegar a vivir esto. Se siente cómodo con todas esas personas que vienen a felicitarlo y a fotografiarlo", ha asegurado.
La literatura sueca vive tiempos felices. El mundo entero la lee y hoy la Academia ha decidido apostar por un autor patrio, el poeta Tomas Tranströmer, para el Premio Nobel de Literatura, para regocijo de la crítica sueca, que llevaba tiempo proyectando su deseo de conceder a su paisano el galardón. A la noticia se adelantaban esta mañana la enciclopedia digital Wikipedia, la página de seguidores del autor en Facebook y las siempre tradicionalmente reveladoras apuestas de Ladbrokes, en las que fue subiendo posiciones según se acercaba la hora del fallo.
Nacido en Estocolmo en 1931, es escritor, traductor y psicólogo y está considerado como uno de los poetas más importantes de su país. Hasta la fecha, sólo seis escritores suecos han merecido el galardón: Selma Lagerlöf, Verner von Heidenstam, Erik Axel Karlfeldt, Pär Fabien Lagerkvist y, por última vez, Eyvind Johnson y Harry Martinson, que lo ganaron ex aequo en 1974.
El amor por la poesía le vino desde la infancia, pero eligió estudiar Psicología en Estocolmo, graduándose en 1956. Antes de aquello, ya se había estrenado como poeta, con la obra Diecisiete poemas (1954), que fue acogida por los lectores y críticos suecos como una auténtica revelación y calificada como el libro de poemas más interesante del decenio de los cincuenta. El aumento de su respeto en el mundo de las letras le llevó a aparcar su profesión de terapeuta, que había dedicado a la readaptación de delincuentes juveniles y de minusválidos. Su nombre ya había sonado en reiteradas ocasiones para el Nobel de Literatura. Además, no sólo la crítica sueca ha venido volcándose con sus textos, también sus paisanos lo han convertido en uno de los escritores más leídos del país (las ediciones de sus libros se agotan continuamente y siempre encabeza las listas de ventas), esto a pesar de su leve imagen pública y de su retiro durante los últimos años.
En el año 1990, Tranströmer sufrió un derrame cerebral que mermó su actividad literaria y sus apariciones públicas, pero este accidente no pudo acabar con una creatividad poética que nace de la cotidianeidad y de la querencia por la naturaleza. Con retratos aparentemente simples a partir de la vida diaria y de la naturaleza en detalle, revela una penetración mística en cuanto a los aspectos universales de la mente humana. Su poesía destaca también por su fuerza y sus hondas raíces, y por la presencia perenne del mundo de la psicología y de los sueños. En el estilo, se apoya en un lenguaje modernista, expresionista y a veces relacionada por cierta parte de la crítica con una tendencia surrealista. El último Nobel concedido a un poeta fue el de la polaca Wislawa Szymborska, en 1996.
Traducido a más de 50 lenguas, entre sus obras destacan Los recuerdos me miran, Para vivos y muertos, La góndola fúnebre y Gran Enigma. Tranströmer posee además otros reconocimientos como el Premio Bonnier Para la Poesía, el Premio Internacional Neudstadt, el Petrach de Alemania y el galardón que concede el Foro Internacional de la Poesía de Suecia, entre otros.
La editorial española Nórdica, especializada en literatura escandinava, ha traducido al español su libro El cielo a medio hacer, antología en la que queda presente el trabajo del autor para explotar la fuerza del haiku y que incluye, además, una biografía de Tranströmer. Junto a esta obra, sólo tiene otra más traducida al español, el poemario Para vivos y muertos (Hiperión, 1992)