Imagen del libro Sin fronteras. Momentos antárticos
Momentos antárticos (Universidad de Cádiz, 2011) es un compendio visual de 30 años de investigaciones españolas en el continente helado. Sus páginas recorren a través de más de 140 fotografías el trabajo de los grupos de investigación de la Universidad de Cádiz en sus diversas expediciones a la Antártida. Una ocasión magnífica para divulgar tan excelente, arduo y poco reconocido trabajo que el coordinador del volumen, el profesor Manuel Berrocoso, con varias expediciones a sus espaldas, valora muy positivamente sin olvidar las amenazas que se ciernen sobre aquellos parajes.PREGUNTA.- ¿Cómo valora tres décadas de expediciones científicas españolas?
RESPUESTA.- La investigación española en la Antártida ha evolucionado espectacularmente. Se ha pasado a la ejecución de un número de proyectos que colocan a España en una situación realmente importante en el contexto internacional de la investigación antártica. Tal aumento, así como las mejoras de las infraestructuras y las mayores posibilidades de desplazamiento han sido posibles por el enorme interés científico de grupos de investigación de todo el estado. Hoy día es difícil encontrar una universidad o un centro de investigación que no haya participado de una u otra manera. Incluso a nivel popular, el conocimiento que hoy se tiene de la investigación antártica está a años-luz del que entonces se tenía.
P.- ¿Qué sorpresas deparan las fotografías de Momentos Antárticos?
R.- El objetivo de este libro ha sido potenciar todavía más si cabe la divulgación de la investigación antártica. Para ello hemos optado por presentar imágenes que ilustran una visión muy particular: la majestuosidad y la grandiosidad del paisaje antártico que está totalmente condicionado por el hielo y el agua; la dureza desmedida y cruel de su hábitat; y el contexto particular del volcanismo antártico como manifestación exacta del acontecer geodinámico, ajena a contaminaciones exógenas. También hemos querido dar una pequeña visión de nuestra presencia pero siempre envuelta en el paisaje antártico y nunca ajena a él. Espero que la belleza propia de estas imágenes hayan podido justificar las carencias técnicas que pudieran presentar y que el atrevimiento de hacer un libro de fotos por no fotógrafos haya sido disculpado.
P.- ¿Cómo transcurre el día de un investigador español en la Antártica?
R.- En realidad, es muy variable, pues el trabajo diario depende exclusivamente de las condiciones meteorológicas. En el caso de que sean buenas, se aprovecha prácticamente todo el día para tareas de observaciones en campo; dejando para los días malos en los que nos e puede salir de la base para el trabajo de gabinete.
P.- ¿Cuál es la actualidad medioambiental del continente helado? ¿Mejor o peor que la de hace unos años? ¿Cuáles son los principales riesgos para sus sostenibilidad?
R.- La legislación antártica tiene como premisa básica la protección medioambiental. Cualquier actividad debe tener la autorización del Comité Polar Español y cumplir los protocolos establecidos para preservación del medio ambiente antártico. La Antártida está totalmente protegida pero además existen zonas que por sus especiales condiciones requieren una protección todavía mucho mayor y a dónde sólo se puede acceder por motivos justificados científicamente. También es cierto que la dureza climática y meteorológica y el aislamiento de la Antártida hace que esta protección sea todavía mucho más eficaz que en cualquier otro lugar de la Tierra. Todavía la Antártida parece que se protege a sí misma o casi. Aún así, hay ciertos hechos que pueden significar seguramente a medio o largo plazo un gran riesgo como la explotación turística. En estos últimos años el número de turistas se ha incrementado a gran velocidad. Las visitas turísticas a determinadas zonas antárticas han empezado a suponer una presión medioambiental que si bien de momento pudiera considerarse baja ha encendido la alarma.
P.- La base principal de sus expediciones es la mítica Isla Decepción. ¿Por qué es tan interesante desde el punto de vista científico?
R.- La isla Decepción es uno de los volcanes activos de la Antártida. Desde el inicio de las campañas antárticas españolas constituyó en objetivo principal de las investigaciones geofísicas por sus interesantes características volcánicas. Cada volcán es un laboratorio natural para las Ciencias de la Tierra. El aislamiento secular de la isla Decepción proporciona un entorno geológico preservado y carente de agentes exógenos que permite realizar diseños instrumentales y metodológicos en condiciones científicas y tecnológicas casi perfectas. Nuestra principal línea de trabajo es la Geodesia Espacial y sus aplicaciones, concretamente al seguimiento y a la vigilancia volcánica. En este sentido, en el volcán Decepción hemos establecido técnicas de seguimiento de la actividad volcánica basadas en los satélites GPS que con posterioridad se han aplicado a otras zonas volcánicas, como por ejemplo Tenerife o Nicaragua.
P.- Usted, que ha viajado en numerosos ocasiones a la Antártida, ¿cómo recuerda su primer viaje allí y las impresiones qué le suscitó? ¿Qué diferencia aquellas primeras expediciones de las últimas?
R.- Mi primera expedición a la Antártida, 1989-90, siempre la recuerdo intensamente. Era ir a un mundo lejano y temido; nunca pensé que podría realizarse. La Antártida para mí eran imágenes de películas en blanco y negro, de aventuras fantásticas y desgraciadas, de Admunsend y Scott. Por eso, sí que tenía una componente de aventura hacia lo desconocido importante. Es difícil de explicar que la Antártida engancha, debido a dureza e intenso frío pero tiene la grandeza de lo sorprendente. Impresiona la sensación de estar inmerso en la naturaleza más dura, más lejana y más intensa; donde se siente la belleza del mundo en multitud de formas y maneras y por todos los sentidos. Aunque actualmente la aventura como mundo desconocido sigue estando presente, se ha ganado en estructuración científica y logística. Si bien la Antártida y sus condiciones son las mismas, nosotros nos hemos vestido mejor.
P.- ¿Y qué les queda por hacer en el Polo Sur? ¿Cuáles serán los próximos retos? R.- El futuro de la investigación antártica va a seguir dependiendo de las políticas internacionales de protección medioambiental. No deben tener ninguna posibilidad las reivindicaciones territoriales, ni tampoco las explotaciones pesqueras o mineras. El negocio turístico necesita de una mayor regulación. En cuanto a la investigación española creo que se necesita potenciar las comunicaciones entre las bases y España y entre las propias bases de manera que constituyan una red de comunicaciones para transferencia de datos y resultados en tiempo real. Es prioritario disponer de un buque moderno de apoyo logístico que venga a sustituir al Buque Las Palmas que tan excelente rendimiento ha proporcionado y sin cuya presencia la movilidad regional hubiera sido imposible. Es necesario dotar al Comité Polar Español de la infraestructura necesaria para que la gestión antártica sea única tanto a nivel logístico como económico. Y finalmente, desde el punto de vista volcanológico es necesario que se establezcan los mecanismos científicos y procedimientos tecnológicos para la vigilancia volcánica pues no podemos olvidar, y el pasado reciente así nos lo muestra que es el principal hecho científica que acontece en la isla sobre todo en cuanto a riesgo y peligrosidad.