Libros del Aire, páginas etéreas
A raíz de un golpe de timón en su trayectoria profesional y en la soledad de una trinchera ha nacido este sello que tiene como objetivo mimar a los amantes de la poesía
17 noviembre, 2010 01:00Fernando Sáenz, la persona que está detrás de Libros del Aire, en París.
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El caso es que Libros del Aire se sostiene basándose en las suscripciones, y eso ha facilitado enormemente las cosas. "En estos momentos (continúa el editor) tenemos solo una colección viva, que se llama Jardín Cerrado, y su nombre hace referencia al hecho de que ofrecemos de una forma cerrada al final de cada año un bloque para el año siguiente que es al que los sectores pueden optar mediante una suscripción anual. De forma que los presuntos lectores saben a ciencia cierta lo que recibirán en su casa si se suscriben. Eso no impide que los libros puedan comprarse también a través de un circuito comercial, ya que por ahora se venden en librerías de Madrid y muy pronto en el resto de España".
Sáenz se deja guiar por su intuición a la hora de escoger títulos. Como buen lector de poesía sabe elegir obras de calidad, eclécticas, que recojan influencias de aquí y de allá, firmadas por nombres sobradamente sonoros para que estos primeros Libros del Aire no pasen desapercibidos entre el aluvión de novedades que inunda cada mes las librerías. "En los inicios de una editorial es muy importante arrancar con autores suficientemente atractivos para los lectores. Yo quiero darles a ellos lo mejor, porque sin su fidelidad todo esto no tendría ningún sentido". Y la cosa va lenta pero segura, puesto que de los cinco títulos que se publicaron en 2009 se ha pasado a siete en 2010. Naipes Marcados, de Marcos Ricardo Barnatán y Carro de Noche, de Ignacio Gómez de Liaño, son por ahora los récord de ventas de Libros del Aire.
"Hacemos ediciones muy cuidadas, manteniendo las normas clásicas de la tipografía sin ser ejemplares demasiado estridentes exteriormente. Y nuestras tiradas son a demanda (explica Sáenz). Primero sacamos 300 ejemplares con los que se cubren las suscripciones y luego aumentamos según las solicitudes. Nuestra idea es no tener almacén para reducir costes, y tenemos a nuestro favor las actuales técnicas de impresión que permiten ajustar el número de ejemplares a lo estrictamente necesario, lo cual es un sistema muy conveniente para estructuras pequeñas como ésta". Tan pequeña como que Fernando Sáenz se enfrenta solo a este empeño, como un atrevido francotirador, contando únicamente con la asesoría de un consejo formado por escritores, poetas y otras gentes del mundillo editorial.
Y ¿las perspectivas para el 2011? "Ahora estoy ultimando los títulos de este próximo año (cuenta el editor). Daremos también algo de narrativa, cercano al microrrelato, un terreno un tanto ambiguo en el que se mezclan la poesía y la prosa. Y también algún texto filosófico. Serán siete títulos que los lectores recibirán en su casa al módico precio de 42 euros".