José Antonio Labordeta
La política me secó como poeta
10 febrero, 2009 01:00José Antonio Labordeta.
Alberto OjedaLabordeta llegó a la política un poco enredado por unos y por otros. Su carisma le hacía una persona codiciada por los partidos. Siempre estuvo al pie de las reivindicaciones de la izquierda tradicional, dándole un toque poético a la lucha. La brega en los despachos y en las cámaras de representantes no era lo suyo. Pero un buen día entró en el Congreso, investido como diputado de Chunta Aragonesista. Y allí permaneció dos legislaturas. Su voz, entre tierna y atronadora, defendió a los olvidados: Teruel y otras regiones de Aragón dejadas de la mano de Dios. Ahora da cuenta de aquella experiencia en Memorias de un beduino en el Congreso.
Pregunta.-¿Qué le emparenta con los beduinos?
Respuesta.-Es una broma que le gasté a un amigo en mis primeros meses como diputado. Me preguntó que cómo me sentía y, como yo andaba un poco perdido y entendía poco de aquello, le dije que me sentía como un beduino entre los políticos profesionales. Me hizo gracia y por eso lo rescaté ahora para el libro. También lo escogí porque mi familia proviene de secarrales como los Monegros y Belchite.
P.-¿Su condición heterodoxa (poeta y cantautor) le valió un cierto menosprecio en el Congreso?
R.-No. Lo cierto es que llegué a él con más fama y renombre del que merecía. Siempre me trataron con mucho respeto. Con los partidos de izquierda era de esperar. Pero también desde el PP me ofrecieron su cariño.
P.-¿Se aburría mucho en las sesiones parlamentarias?
R.-Sí, la verdad. Ese es uno de los grandes problemas de mi etapa como político: que hay muchos momentos de tedio. Las comisiones son más ágiles, pero los plenos eran muy aburridos. Sobre todo cuando venían los jefes (Aznar y Zapatero) a hablarnos de Bruselas y de la Unión Europea, que eran temas muy complicados de entender.
P.-¿Aprovechó esos ratos para escribir algún texto con vocación literaria?
R.-Durante mis ocho años en la política no he escrito ni medio verso. La política me secó como poeta. Es curioso porque en el momento que lo dejé volví a escribir poemas, incluso canciones. Volví a la imaginación.
P.-¿Por qué un buen día mandó "a la mierda" a sus señorías?
R.-Había mucha tensión por lo de la guerra de Iraq. Yo debía interpelar al ministro de Fomento [Álvarez Cascos]. Era una intervención importante y no quería despistarme. No quedaba casi nadie. Unos ocho o nueve diputados. Desde los bancos del PP escuché comentarios como "coge tu mochila y vete a Teruel" y "cantautor de las narices". Entonces estallé. No son niños, pero estaban incordiando como si lo fuesen. Siempre he dicho que debería haber micrófonos de ambiente en la cámara. Así la gente podría entender mejor nuestro comportamiento allí.
P.-¿De qué leyes aprobadas en este tiempo se siente más orgulloso?
R.-De la del matrimonio gay y la de memoria histórica. Al principio me ilusioné mucho con la de educación, pero luego se quedó en algo muy ambiguo y con muchas carencias. Los del PP decían fíjate si será mala que hasta Labordeta se ha abstenido. El problema fue que el Gobierno tuvo que ceder a CIU y PNV, partidarios de la enseñanza privada, y la izquierda perdió su oportunidad.
P.-¿Cree que la comisión del 11-M, en la que usted participó, sirvió de algo?
R.-Sí. Hay un hecho muy significativo: que llegamos a la misma conclusión que el juez que instruyó esta causa. Y tuvimos muy poca ayuda, apenas dos letrados, que realizaron una labor impagable. Además el grupo mixto jugó un papel fundamental, impulsando su continuidad, ya que PP y PSOE querían darle carpetazo.
P.-¿Los últimos estatutos aprobados acercan a España al modelo federal que usted defiende o a su desmantelamiento como Estado?
R.-España ahora está más cerca de ser una federación, que es lo que ha sido siempre, hasta la llegada al trono de Felipe V. Fueron los mejores momentos de este país, cuando fue un Estado federado. Pero ahora falta valor político para volver a este modelo. Y que Navarra y el País Vasco, por sus privilegios fiscales, se niegan. Cataluña, en cambio, sí es partidaria.
P.-¿Todo en Aznar fue negativo?
R.-Yo creo que sí. Dividió al país en dos partes. Jugó con Euskadi y Cataluña cuando le convino y luego les abandonó. Era demasiado dogmático y eso abocó a situaciones muy violentas. Incluso Blair y Bush han pedido perdón por la guerra de Iraq. Él no lo ha hecho. Eso da muestra de su carácter.
P.-¿Sigue defendiendo a Zapatero?
R.-Sí. Creo que es el político más de izquierdas que ha tenido este país. Quizá la crisis no la ha gestionado bien. Pero parece que no le va a impedir seguir defendiendo sus planteamientos. Ha dicho algo que es muy de izquierdas: que ningún parado se quedará sin ayuda.
P.- ¿Qué diputado es el que mejor emplea el castellano?
R.-Rubalcaba, es el mejor en la dialéctica. Sentí mucho que le hicieran ministro y dejará de ser portavoz en el Congreso.
P.- ¿Quién era su mejor amigo?
R.- Joan Saura.Ya lo era antes de mi entrada en la política, y lo sigue siendo.