Josefina Aldecoa dejó escrita buena parte de su peripecia existencial en Historia de una maestra, novela publicada en 1990 como parte de una trilogía autobiográfica que recogía su ideario pedagógico (cercano a la Institución Libre de Enseñanza) y su experiencia como docente desde los años veinte hasta la Guerra Civil.
Gabriela López, su protagonista, lucha por enseñar en unos tiempos de convulsiones sociales y políticas tras recoger, en 1923, el título que convertirá un sueño en realidad. De su mano, de la melancólica evocación de sus recuerdos, nos toparemos con algunos de los personajes y acontecimientos más importantes de la historia de España de principios del siglo XX.
Historia de una maestra, que llega el próximo día 19 al Teatro Fernán Gómez dirigida por Gemma Miralles y adaptada e interpretada para las tablas por Paula Llorens –tras su estreno en la sala Matilde Salvador de Valencia en 2019–, es el debut de Llorens en el monólogo y también la primera obra de la compañía Cactus Teatre.
“Gracias a maestros como nuestra protagonista, que lucharon por una escuela igualitaria, tenemos el maravilloso sistema que tenemos”. Paula Llorens
“Tanto la novela como nuestro espectáculo –explica a El Cultural Llorens, que prepara, también estos días, la gira del montaje El abrazo de los gusanos– es una travesía que pasa por el frío y la nieve de un pueblo de montaña, por la luz, el calor y el mar de la isla de Fernando Poo en Guinea Ecuatorial, por el clima seco de Castillo de Abajo y por el polvo de carbón que todo lo cubre en Los Valles, un pueblo minero asturiano con luz eléctrica y agua corriente. También es una travesía hacia el crecimiento interior, ya que Gabriela vive la proclamación de la II República, la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 y la sublevación militar en julio de ese año”.
A punto de cumplir las cien representaciones, Historia de una maestra sube a los escenarios gracias a un difícil proceso de selección. Llorens confiesa que de haber dejado la primera versión hubiese durado cerca de dos horas. Tal era la seducción que el texto de Aldecoa ejercía sobre ella: “Traté de quedarme con lo esencial, con lo más teatral de la novela. Finalmente, logramos que el monólogo durase una hora y diez minutos, pero, tranquilos, se hace muy corto”.
[Recuerdos de Josefina Aldecoa]
El montaje de Llorens y Miralles aborda no solo la experiencia profesional de una maestra, también está atravesada por fenómenos como el machismo, la intolerancia, el racismo, la falta de comunicación entre personas de distintas ideologías y, claro, derechos fundamentales como la enseñanza: “Creo que los maestros y maestras no han perdido su vocación, lo que ocurre es que la sociedad ha dejado de valorar como se merece su oficio. De hecho, este fue uno de los motivos que me llevó a montar el espectáculo, quería hacer un homenaje a todos ellos porque les debemos mucho”.
Para Llorens, los docentes deben recuperar el respeto y el cariño que tuvieron durante tantos años: “Gracias a maestros como nuestra protagonista, que lucharon por una escuela igualitaria, laica, libre y paritaria, tenemos ahora el maravilloso sistema educativo que tenemos. Como dice uno de los personajes, si supiéramos más de libros y menos de tabernas, nos engañarían menos y seríamos más felices”.