Si hay un sector permeable a la actual situación de pandemias, confinamientos y estados de alarma varios ese el de las salas alternativas. Pero también, si hay un circuito, una red teatral, que puede sortear con imaginación y energía sus secuelas ahí está el off para garantizar su supervivencia. “El gremio que circunda estos espacios está acostumbrado a resolver todo tipo de situaciones anómalas. Esa es su razón de ser. Ese es su objetivo estético. Ese es el principio sobre el que se ha gestado el movimiento escénico que defiende. Se entiende, pues, que pueda adaptarse a cualquier tipo de circunstancia. También a una pandemia”. Lo dice Natalia Ortega, coordinadora junto a Alberto García Vidal de la séptima edición de Surge Madrid, que este año llega, como siempre de la mano de la Comunidad de Madrid, con varios meses de retraso debido al Covid-19.
Con un presupuesto de 400.000 euros (se mantiene la asignación del año pasado), Surge Madrid en Otoño cuenta en esta edición con 20 espacios, por los que pasarán 54 compañías que recorrerán todos los géneros y lenguajes escénicos. “La situación anómala por la que atravesamos nos ha hecho abordar la muestra desde una óptica más abierta. Estamos preparados para afrontar cualquier formato expositivo: aforos reducidos, muestras a puerta cerrada, retransmisiones online...”, detalla a El Cultural García Vidal.
Uno de los primeros títulos que romperá el hielo será Carne de canción, un montaje multidisciplinar de Laila Tafur que estará en la Sala Pradillo a partir del 1 de octubre. Le seguirán Alexandra (llévame pronto), de Amor Producciones, una original reflexión sobre el sexo en Cuarta Pared (sala que acaba de ganar el Premio Nacional de Teatro); Antologic Beat, de La Clá, que reflexionará en la Nave de Cambaleo sobre el futuro y el progreso de la mano de Helena Berrozpe y Pilar Duque, y Bacantes, de Grumelot y Nave 73, donde José Padilla, con ecos de Eurípides, planteará en La Mirador una historia sobre mujeres que se debaten entre la tradición y la modernidad.
“Hemos apostado por una programación participativa que involucra a compañías y creadores. El camino del teatro alternativo es muy variado. Cada montaje escribe su propia trayectoria. Se debería iniciar un proceso de reflexión para estudiar la manera de institucionalizarlo, aunque, paradójica- mente, su razón de ser sea trabajar al margen de la institución”, señala Ortega.
Surge Madrid, que este año ha incluido salas de Aranjuez, Navalcarnero y Cercedilla, contará también con, entre otros, Narváez Arróspide (Cuarta Pared), que en Las musas realizará una exhibición de energía y movimiento; Kendosan (Nave 73) con Las uñas rojas, una hamletiana historia de Jacinto Gómez; Santi Senso (El Umbral de Primavera) con la Tetraplejia del cor, que utiliza la danza para romper obstáculos aparentemente insalvables; Alba González con Piel, o de cómo volver a pasar por el corazón, una expresión integral con todas las partes del cuerpo, y los italianos Residui Teatro (La Usina) con Penélope, la odisea de Ulises atravesada por la mirada femenina.
Finalmente, la dramática coyuntura que atravesamos quedará reflejada en montajes como Libres y confinados (Tarambana), de la compañía Música Impro, y Mensajes corporales (Montalvo), una de las actividades de la sección Transversas firmada por Esther Rodríguez-Barbero.