Alistair McDowall
El ciclo Read/Play/Meet/Repeat del British Council está mostrándonos a lo largo de la temporada un ecléctico panorama de la dramaturgia contemporánea británica. Ya hemos recibido la visita en Madrid de autores como Tim Crouch, Anna Jordan y Milly Thomas... Este viernes llega el turno de otro de sus más prometedores representantes, Alistair McDowall, que desde que estrenó Brilliant Adventures en 2012 no ha dejado poner picas en los más importantes escenarios ingleses. Se crió en un pueblo pequeño del norte del país donde apenas tenía acceso al teatro. Por eso el cine fue su principal referencia, en particular figuras como Andréi Tarkovski o John Carpenter. Pero la dificultad de dar salida a su imaginación por la vía fílmica, le hizo decantarse por las tablas, donde cultiva un realismo fantástico que ha conectado muy bien con el público. Otros títulos suyos son Zero for the Young Dudes! (2017) y Pomona (2014).Pregunta. ¿Sobre qué temas pretende centrarse en su taller en Madrid?
Respuesta. En realidad sólo voy a hablar de mi trabajo. No tengo intención de abordar temas específicos. Simplemente explicar por qué creo que el teatro es un lugar tan mágico para contar una historia.
P. Usted era un cinéfilo impenitente en su juventud. ¿Cómo se decantó por el teatro como medio de expresión artístico?
R. Crecí en una zona de Inglaterra donde las posibilidades de ver teatro eran escasas, por eso mi infancia está más bien marcada por libros y películas. Cuando me topé con el teatro, descubrí una manera de escribir marcada por un pacto colectivo entre los actores y el público, una forma de contar que carece de límites.
P. ¿Cuál es la principal ventaja del teatro respecto al cine?
R.El teatro está totalmente construido sobre la imaginación. Si le digo al público que un escenario vacío es otro planeta, trabajamos juntos para que así sea. Es una especie de conspiración que constituye una fuente infinita de inspiración e ilusión.
P. Creo que Blasted de Sarah Kane fue obra especialmente inspiradora para usted. ¿Por qué?
R.La leí cuando tenía unos 15 años, en el instituto. El impacto fue al principio visceral y estremecedor. Cuando la releí después descubrí su increíble habilidad en la escritura y su radical experimentación en las formas dramáticas. Cuando la bomba explota en mitad de la obra, toda esta salta en pedazos, no sólo el espacio donde se desarrolla. Fue la primera vez en que aprecié la relación entre fondo y forma, que es una cuestión esencial para cualquier autor.
P. También tengo entendido que Beckett una referencia para usted. ¿Diría que su obra pertenece al linaje del teatro del absurdo?
R.No, en absoluto. Sin duda, Beckett es una importante influencia, igual que Ionesco, Sam Shepard y otros escritores que han empleado el absurdo en su trabajo, pero es sólo una herramienta entre otras muchas. Yo me veo como un contador de historias.
P. ¿Y qué toma de la novela gráfica para su dramaturgia?
R.Los cómics comparten muchas similitudes con las obras de teatro, ambos se construyen a partir de una interacción entre diálogos y silencios. Los dos tienen también muy presente el tiempo, cómo es manejado por el espectador/lector. Encuentro la intimidad y la vulnerabilidad de muchos cómics independientes muy útiles cuando creo personajes. Y la inagotable imaginación y experimentación de artistas como Chris Ware constantemente me empuja a la búsqueda de nuevos caminos.
P. ¿Cómo describiría la situación del teatro contemporáneo en el Reino Unido?
R.Me siento muy afortunado de que haya autores de mi generación haciendo cosas muy interesantes: Alice Birch, Rory Mullarkey... Hay una amistosa sensación de competición entre nosotros que tiene más que ver con el éxito comercial que con el deseo de cada uno hacer su trabajo lo mejor posible.
P. ¿Cómo puede afectarle el Brexit?
R.Nadie lo sabe a ciencia cierta. La verdad es que me preocupa más cómo pueda afectar al nivel de vida de la gente más que al teatro.
@albertoojeda77