La compañía Ron Lalá durante un ensayo de la Cervantina. Foto: David Ruiz

Ron Lalá vuelve a la Compañía Nacional de Teatro Clásico con Cervantina, una selección de textos en la que Álvaro Tato y Yayo Cáceres han sintetizado el espíritu lúdico y popular de gran parte de la obra del autor de El Quijote. ¿La fórmula? Mínimos elementos y máxima expresividad.

En un lugar del Quijote propagó el virus. Álvaro Tato y Yayo Cáceres quedaron tan contagiados con las palabras escritas por Cervantes sobre su ingenioso hidalgo que decidieron abordar toda su obra, en palabras del director literario, "tan vasta, maravillosa y poco explorada como la cueva de Montesinos". Con Cervantina la compañía prolonga, a partir del 14 de enero, su relación con la CNTC y se consolida como uno de los principales activos de la institución que dirige Helena Pimenta.



Don Quijote, El celoso extremeño, El coloquio de los perros, La gitanilla, Rinconete y Cortadillo, Viaje al Parnaso y El retablo de las maravillas son algunos de los textos que pasarán por el escenario del Teatro de la Comedia para "enamorar" al público con la obra de Cervantes a través de entremeses con música en directo y con citas que nos traerán detalles de la vida del autor alcalaíno. "Sus palabras son puro oro", señala Tato a El Cultural. "Cervantes es el Velázquez de la literatura porque mira a los ojos al lector, al espectador y al personaje. Siempre habla de libertad. Por eso hemos querido tirar de ese hilo, seguir esa estela y descubrir poco a poco el lugar al que nos lleva. Es muy necesario escuchar su voz en el mundo actual".



Para Yayo Cáceres, director del montaje, Cervantes deja que sus personajes hablen: "No los filtra, por eso incomodan. No los juzga, por eso son rebeldes. Fue libre en la cárcel a través de ellos. Libre en la esfera de su obra, en su universo de infinitos círculos concéntricos que alguien seguirá abordando una y otra vez dentro de quinientos años". Mínimos elementos y máxima expresividad a un ritmo preciso es lo que caracteriza esta Cervantina. Para los incondicionales de Ron Lalá, lo que podría ser una mezcla entre el despojamiento de Siglo de Oro, siglo de ahora y el simbolismo de En un lugar del Quijote.



"Todo el equipo -explica Tato- se ha esforzado en hallar la ilusoria sencillez del teatro claro y el juego vivo de los teatros populares renacentistas y barrocos, sin renunciar a lo contemporáneo". Y todo, con música en directo, la marca de la casa ‘ronlalera'. "En Cervantina -señala Miguel Magdalena, actor y director musical- la música está en el plano del ‘aquí y el ahora'. Vuelve a servirnos como vehículo para transportarnos en el tiempo, recrear lugares a través del folclore o para presentar emociones que caracterizan profundamente a los personajes. Es un lenguaje musical puesto al servicio de lo que la escena cuenta y que viaja a través de ideologías, lugares, sentimientos..."



Realidad y fantasía

De este viaje ha partido la escenografía de Carolina González, que propone mostrar el universo cervantino mediante unos personajes que aparecen y desaparecen en un permanente cruce de caminos. "Será -explica González- un lugar de juego, un espacio lúdico donde ocurren historias y donde se van trenzando realidad y fantasía, tierra y aire, hasta crear el territorio del actor, de la transformación, de la sugerencia. Ese es el espacio donde todo es posible".



Y es que nuestro escritor más universal representa como nadie el mundo de los clásicos, cuyos textos son, para Tato, más necesarios que nunca sin tomar en consideración a los intrusos que puedan desvirtuar su mensaje original: "No creo que pueda hablarse de intrusismo en la Zalamea asediada en que se ha convertido la resiliente cultura española. Necesitamos clásicos, ya sea en montajes ortodoxos y arqueológicos, ya sea en diálogo entre ellos y el mundo contemporáneo. No hay nada más actual que los clásicos. En un mundo tan mediatizado por la tecnología, tan adormecido por el consumo y tan tiranizado por el dinero, nada más importante que escuchar la voz de la vida y de la muerte, puesta en pie cada noche por unos pocos seres vivos que nos representan a todos y que modifican nuestras conductas".



@ecolote