Teatro

Celos por el héroe caído

Aitana Sánchez-Gijón estrena “Cruel y tierno”, de Martin Crimp

27 abril, 2006 02:00

Aitana Sánchez-Gijón. Foto: Mercedes Rodríguez

Cruel y tierno es la adaptación de la tragedia de Sófocles Las Traquinias, que firma el británico Martin Crimp. La pieza pivota sobre dos temas: el de los celos que producen el amor perdido, y el de la caída del héroe, que Crimp ha traído a nuestros días transfigurado en una militar que acaba convertido en criminal de guerra. Protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón y dirigida por Javier G. Yagöe, la obra se estrena el 27 de abril en el Valle-Inclán de Madrid.

Buscar paralelismos entre las tragedias griegas y los acontecimientos contemporáneos es una práctica habitual en la literatura y el teatro. La última producción del Centro Dramático Nacional permite ver uno de estos ejercicios. Cruel y tierno, pieza aparentemente escrita en estos tiempo, con personajes muy contemporáneos, sigue con fidelidad sorprendente la estructura de Las Traquinias de Sófocles. La espera desconsolada de la mujer de Heracles, Deyanira, se convierte en esta obra en la espera de Amelia, quien hace tiempo que no sabe nada de su marido, general destinado en áfrica con la misión de liberar una ciudad. El coro de doncellas traquinias es aquí un ama de llaves, una fisioterapeuta y una esteticista que acompañan a Amelia en su hogar, un hogar del que Crimp sólo nos dice que está en las cercanías de un aeropuerto; quizá para darnos la idea de que es un lugar vigilado, con aviones y helicópteros que sobrevuelan la zona. La tragedia comienza cuando Amelia conoce que su marido, más que liberar la ciudad, la ha arrasado y vuelve a casa, pero lo hace acompañado de una joven subsahariana de la que se ha enamorado. Arrebatada por los celos, Amelia se propone recuperar su amor, -o vengarse-, utilizando un filtro ponzoñoso que aquí es una especia de arma química que destroza poco a poco la vida del general. Parábola sobre la capacidad destructiva del amor, en contra de la idea bondadosa que de él se tiene, la obra reflexiona sobre cómo el instinto de proteger a los nuestros, a nuestra civilización, puede llevarnos al horror y a la asepsia crítica.

La protagonista desaparece
La atípica estructura de la pieza de Sófocles, dividida en dos partes y cada una de ellas protagonizada por un personaje que nunca se encuentra con el otro en escena aunque se refieran constantemente uno al otro, es respetada en la versión de Crimp. El director de la obra, Javier García Yagöe, explica que "la obra tiene una continuidad narrativa, pero su estructura es una rareza, ya que hay muy pocas piezas en las que el personaje protagonista desaparece en mitad de la obra. Aquí Amelia, el papel de Aitana Sánchez-Gijón, está presente en los dos primeros tercios de la obra, para desaparecer y dar entrada en el último tercio al General, personaje que hace Gonzalo Cunill. La estructura me hace pensar en la película Psicosis, pero realmente hay pocos ejemplos". Esta complejidad en la forma se refleja también en la temática. En la primera parte la obra aborda los desvelos amorosos que produce en Amelia el desamor, intentando su reconquista; en la segunda, se plantea el declive del militar que se ha convertido en un criminal de guerra convencido de que está combatiendo el terrorismo. García Yagöe ve, sin embargo, unidad entre ambas partes: "Habla de cómo las pasiones humanas se imponen al orden establecido, de cómo el amor puede ser algo maligno, cruel y tierno, pero también habla de nuestra insensibilidad y responsabilidad ante la crueldad".

Transformación del espacio
El director ha vuelto a incurrir en una puesta en escena que huye del escenario a la italiana, como ya hizo en Las manos o en la más reciente La persistencia de la imagen: "Me interesa establecer una conexión entre el público y el actor que huya de la relación tradicional que, por ejemplo, tiene el telespectador. Por eso trato de huir de puestas en escena a la italiana, luego me arrepiento porque todo se complica". En este sentido, el nuevo teatro Valle-Inclán le permite cambiar fácilmente la disposición de las butacas, haciendo que el escenario ocupe el centro del patio, con gradas a dos bandas. Yagöe ha dado también cierto papel a los elementos videográficos que se visualizan por los monitores de televisión y ordenador. "Me sirven para mostrar lo que ocurre fuera del hogar de Amelia y acentuar su aislamiento". Once actores forman el reparto, en el que destacan además de los citados, álvaro Lavín, Iñaki Font, Chusa Barbero, Marta Poveda y Diana Gascón.


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