Image: El delirio grotesco de Gogol

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Teatro

El delirio grotesco de Gogol

La compañía Footsbarn estrena hoy en Madrid El Inspector

14 noviembre, 2001 01:00

La noche rusa llega a Madrid. Por ella desfilan los personajes grotescos y llenos de humor absurdo que Nikolaï Gogol capturó en El inspector general, todo un catálogo de los vicios humanos. La compañía Footsbarn Travelling, uno de los colectivos teatrales más peculiares de Europa, la estrena en el teatro Albéniz de Madrid.

La Footsbarn Travelling Theatre es el paradigma de la compañía itinerante que prefiere vivir en caravanas y llevar sus montajes hasta al pueblo más remoto a establecerse en un espacio fijo y depender de las subvenciones públicas. Como nomadismo no significa calidad fugaz y errante, la Footsbarn se ha consolidado como una de las compañías anglofrancesas más interesantes del momento. Creada en 1970 -en la localidad inglesa de Cornwall- por Oliver Foot y John Paul Cook como un grupo artístico que dejaba la huella de su teatro físico por las zonas más pobres de Gran Bretaña, la Footsbarn lleva 30 años recorriendo el mundo entero con sus montajes de Shakespeare -El rey Lear, El sueño de una noche de verano-, Molière -Don Juan-, Steinbeck -La perla- o los de propia creación. Ha sido invitada a festivales de teatro tan prestigiosos como el de Avignon o Dublín.

Una comunidad multicultural

John Kilby -uno de los miembros más veteranos y administrador de la compañía- define su grupo, en declaraciones a El Cultural, como "una comunidad multicultural de artistas en la que el mestizaje marca nuestro propio estilo. Somos muy abiertos, nos gusta el arte y vivimos para el arte". La Footsbarn está formada por más de treinta artistas entre actores, músicos y técnicos de países como India, Holanda, Norteamérica, Polonia, Francia y Gran Bretaña. Viven en caravanas, donde conviven hasta tres generaciones y representan sus obras en su simbólica y ya famosa carpa -a pesar de que sus espectáculos son muy teatrales y poco circenses-. No es fortuita la elección de la obra de Gogol El inspector general para una nueva producción de la Footsbarn, que visita Madrid por cuarta vez. El universo surrealista, mágico y delirante del autor ruso se adapta -en El inspector, la versión de André Markovicz - a las necesidades de la compañía que busca "textos de alta calidad con personajes que se salgan de lo común y en los que se puedan investigar las corrupciones del alma humana", comenta Kilby.

Humor negro y expresionismo


Escrita en 1836, la obra parte de la confusión de un joven de una familia en decadencia que es tomado por un enviado del zar que llega a una pequeña población rusa. "Este texto tiene los componentes de comicidad y fantasía expresionista con los que nos gusta trabajar en la Footsbarn -dice Kilby-. Del cuento popular que se ha convertido hacemos un montaje grotesco, lleno de humor negro, muy expresionista". La dirección colectiva de la obra ha combinado el trabajo actoral con la presencia de muñecos, máscaras, colores oscuros y una escenografía fantasmal y simbólica.

Gogol desnuda con su prosa rusa el alma humana y catorce miembros de la Footsbarn se encargan de hacer más grotescos vicios como la codicia, el egoísmo o la corrupción. La fantasía de relatos como La naríz aparece aquí mezclada con la estética de este grupo, que también ha puesto en directo -y gracias a los músicos de la compañía- la partitura de Maurice Horsthuis creada para el montaje.

Descendiente de una familia acomodada, Nikolaï Gogol (1809-1852) creció artísticamente convencido de que tenía que redimir al pueblo ruso con su literatura. Sus obras mezclan el realismo de escenas cotidianas con un toque mágico, y sus personajes se mueven entre la ternura y lo grotesco. Algunas de sus obras son Las veladas de Dikanka (1831), Mirgorod (1835), Arabescos (1835), Historias de San Petersburgo (1835) o Las almas muertas (1842).