Si el estreno de La nariz de Shostakóvich ya se anunciaba como uno de los mayores acontecimientos de la temporada en el Teatro Real, la ópera corrosiva, satírica y demencial del compositor ruso basada en la historia homónima de Nikolái Gógol ha dado un nuevo impulso virtual al coliseo madrileño. Por primera vez en la historia se va a poder ver una producción operística a través del metaverso. Será este viernes a las 19 horas y mediante la plataforma Uttopion, en la que cualquier persona podrá crear un usuario de forma gratuita y acceder virtualmente al patio de butacas para participar en una experiencia inmersiva inédita desde cualquier parte del mundo.
Los impulsores del proyecto han explicado en una rueda de prensa celebrada también en el metaverso que esta función virtual se ofrecerá en una réplica en 3D de la sala principal del Teatro Real, en la que los espectadores podrán disfrutar de la ópera e interactuar con otros asistentes. Durante la emisión de La nariz, el público podrá acceder a diferentes contenidos multimedia, como vídeos, entrevistas con artistas o personal técnico y a un chat en el que se comentarán fragmentos de la ópera en tiempo real o anécdotas de los ensayos y se dialogará con otros metaespectadores.
"La experiencia del directo es insustituible, el impacto de una voz en un espacio no lo puede sustituir ninguna grabación ni metaverso, pero tiene ventajas increíbles, como poder ver el primer plano de una cantante que sea muy buena actriz", analiza Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. "En el caso de La nariz, es una maravillosa herramienta para observar cómo es la adaptación que Shostakóvich hace de la novela de Gógol: podemos ir comparando las citas, ver cómo están convertidas en ópera y cómo el director de escena las transforma en espectáculo. Shostakóvich está todo el rato intentando provocar, quiere que acabes empatizando con este personaje despiadado, horripilante y vulgar que es el protagonista".
La producción con la que el coliseo madrileño se estrenará en ese nuevo universo virtual es una ópera tan surrealista como las nuevas opciones que ofrece el mundo digital, y que podrá ser vista gratuitamente a través de Uttopion, el primer metaverso creado en España.
A cada usuario le será asignado un avatar, un personaje que podrá seleccionar a su gusto —desde un punki hasta una chica joven en shorts y camiseta de tirantes—, y con el que podrá recorrer el Teatro Real reconstruido en lo que se asemeja a un videojuego, así como participar en sorteos, leer el programa de mano o interactuar con otros espectadores virtuales. En la línea de esa idea de gaming, también existen las opciones de manifestar alegría, enfado, bailar, saltar o aplaudir. Ningún teatro lírico del mundo habría ofrecido una experiencia así para disfrutar de una de sus producciones.
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"Te da una visión 360: el espectador va a tener todo integrado, va a disponer de información detallada, aglutinada en un metaverso que va a permitir mayor facilidad para el disfrute de la ópera", opina Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real. "Es un grandísimo acontecimiento", resume.
Un momento de la representación de 'La nariz'.
El metaverso es un salto tecnológico más que complementa herramientas ya disponibles como My Opera Player, la plataforma de streaming de la institución. Otra vuelta de tuerca para convertir la ópera en una experiencia total, hacer del arte un juego. "La ópera es el arte más versátil de todos, tiene cabida todo tipo de innovación", han destacado los impulsores del proyecto. En cualquier caso, el espectador tiene también disponible la opción de ver la ópera en directo en pantalla completa, aunque lo que se persigue es una experiencia colectiva.
La colaboración entre el Teatro Real y Uttopion cuenta con el apoyo de la compañía Exterior Plus, pionera en Publicidad Exterior, y de los fondos Next Generation de la Unión Europea. El coliseo madrileño, en el desarrollo de su objetivo estratégico de innovación tecnológica, apuesta por esta nueva realidad virtual para llegar a otras audiencias, especialmente a la Generación Z.