Arthur Honegger no es un compositor habitual de los auditorios y mucho menos de los teatros de ópera. Francés de origen suizo, tiene, aparte de la partitura que nos ocupa, algunas piezas más que forman parte del Corpus sinfónico -como Pacific 231, inspirada en una locomotora- o la más conocida, el oratorio Le roi David-. Pero pocas veces se interpretan o se pueden conocer obras del prolijo testamento musical de este autor francés, que compuso mucha música para ballets, algunas operetas y numerosos conciertos sinfónicos.
Ninguno de ellos ha tenido la repercusión ni la relevancia de esta Juana de Arco en la hoguera, estrenada en 1938, a las puertas de la II Guerra Mundial en Basilea y basada en uno de esos personajes legendarios franceses que en realidad, si a alguien le preguntas su historia, no terminamos de conocerla bien (a no ser que seas originario de Francia).
De orígenes humildes, Juana de Arco es hoy considerada heroína de Francia por su intervención en la Guerra de los Cien Años. Partidaria del futuro Carlos VII, fue enviada por este al asedio de Orleans en el que tuvo una notable intervención y consiguió levantar el asedio días después de su llegada, por lo que es conocida como La Doncella de Orleans.
Su apoyo al futuro rey le valió un enorme reconocimiento pero también desató envidias y fueron estas las que provocaron su detención por nobles franceses partidarios de los ingleses y posteriormente su ejecución en la hoguera en Ruan, condenada por un tribunal inglés como hereje. Años después, se revisó su juicio, fue declarada inocente y se la nombró mártir primero y ya a comienzos del siglo XX beatificada (1909) y canonizada (1920).
Sin duda es un personaje central de la 'grandeur' francesa, icono de su resistencia a Inglaterra y musa de franceses durante siglos. Paul Claudel, libretista y Honegger, compositor, no pudieron evitar caer en la tentación de añadir su talento a la cimentación del mito, más inspirado Honegger con música de elevadísima factura, con sentidos homenajes a Debussy, Ravel, el jazz, el canto gregoriano y el teatro burlesque e incluso el cabaret.
Qué trabajo tan brillante el del Coro del Teatro Real. Fabulosos. Sin una formación de la fuerza y empaque de la del Real, la obra perdería mucha tensión
Más plúmbeo el texto de Claudel, que divaga y se pierde en una profusa exaltación del personaje bajo un enfoque religioso -Claudel fue uno de los representantes más denodados del catolicismo francés de finales del XIX y primera parte del siglo XX-. El libreto adolece de exceso de incienso y falto de concreción y una buena edición crítica ayudaría a aligerar los recitativos, que en muchos casos emborronan el talento de Honegger y su prodigiosa partitura.
Por motivos que desconozco se interpreta al inicio La Damoiselle Élue, de Debussy, una cantata de 20 minutos que personalmente me sobra y que lo único que hace es prolongar innecesariamente la representación más allá de las casi dos horas. Cuanto mejor sería poder entrar directamente en el universo Honegger sin anestesia.
Juana de Arco en la hoguera cuenta con once escenas, entre las que sobresalen por derecho propio las numerosas intervenciones del coro. Qué trabajo tan brillante el del Coro del Teatro Real. Fabulosos. Sin una formación de la fuerza y empaque de la del Real, la obra perdería mucha tensión, pero Andrés Máspero realiza una labor extraordinaria.
Particularmente felices la escena del juicio, la presentación de los reyes y la larga escena final. Igualmente feliz la intervención de los Pequeños Cantores de la JORCAM, comandados por Ana González. Un trabajo magnífico.
A su lado, la gran protagonista es sin duda Marion Cotillard. La actriz conoce bien el personaje, forma parte de la familia. No es la primera vez que asume este rol -de hecho lo interpretó hace una década en el Palau de la Música en Barcelona- pero también su madre, la actriz Niseema Theillaud, se metió en el papel de la Doncella de Orleans en los años ochenta, cuando fue dirigida por su marido y padre de Marion, Jean-Claude Cotillard.
No solo el talento escénico de Marion Cotillard es extraordinario, su capacidad física realmente se pone a prueba y sale victoriosa
La actriz conoce todos los resortes, los vericuetos y las esencias del personaje y es una delicia escuchar su declamación del texto. Junto a una voz preciosa, su interpretación vuela durante la hora y cuarenta y cinco minutos que dura la obra y en la que está presente en su totalidad en escena, de pie sobre un minúsculo pedestal móvil a varios metros del escenario. No solo su talento escénico es extraordinario, su capacidad física realmente se pone a prueba y sale victoriosa. Extraordinaria.
La Orquesta del Teatro Real, bajo la mano de Juanjo Mesa, vuelve a demostrar el mágico momento por el que atraviesa. El director vasco ha hecho suya la partitura y realiza una lectura magnífica, con una precisión y una poesía delicadísima en los momentos más líricos y de repente una fortaleza, un sonido bronco y duro en las escenas más dramáticas.
La coproducción entre el Teatro Real y la Ópera de Fráncfort, donde se estrenó en 2017, corre a cargo de Alex Ollé en la escena, Alfons Flores en la escenografía y Lluc Castells en el vestuario. Es una propuesta dura.
Flores propone una escenografía limpia y oscura, con una idea binaria que parte el escenario en dos: un cielo límpido y donde todo el mundo es dorado, desde los ropajes hasta las pelucas, y separado por un cristal, la tierra sórdida, una cueva, un paisaje desolador sucio, lleno de dolor y podredumbre, una masa ensordecedora llena de miserables, una sociedad desnuda y cegada por el fanatismo, vestidos con andrajos, retales destruidos y rotos diseñados por Castells.
Ollé recupera la denuncia de Claudel y Honegger sobre los totalitarismos, sobre la locura y el peligro de la pérdida de la humanidad y no ahorra elementos: violencia, la que haga falta, sangre, la que sea necesaria, pollas por doquier... No hay nada bello en esta Juana de Arco, excepto Marion Cotillard y la música.
Al acabar la función el equipo escénico se llevó una monumental bronca mientras otros espectadores se quedaban afónicos de gritar bravo e intentar acallar los abucheos. Sin duda Ollé y su gente no ha dejado indiferente. Pero su propuesta es coherente, muy inteligente y super bien ejecutada.
Otra cosa es que algunos no se dieran cuenta que la sangre no era sangre, y las prótesis eran eso, prótesis. Igual más de uno y de dos han creído que eran penes, todo penes.
Juana de Arco en la hoguera
-Oratorio dramático en 11 escenas
-Música de Arthur Honegger | Libreto de Paul Claudel
-Nueva producción del Teatro Real con la Oper Frankfurt, donde fue estrenada en 2017
Equipo artístico
· Director musical | Juanjo Mena
· Director de escena | Àlex Ollé
· Colaboradora en la dirección de escena | Susana Gómez
· Escenógrafo | Alfons Flores
· Figurinista | Lluc Castells
· Videocreador | Franc Aleu
· Iluminador | Joachim Klein
· Director del coro | Andrés Máspero
· Directora de los Pequeños Cantores de la JORCAM | Ana González
Reparto
· Jeanne d' Arc | Marion Cotillard
. Padre Dominique | Sébastien Dutrieux
. La Virgen | Sylvia Schwartz
· Marguerite | Elena Copons
. Catherine | Enkelejda Shkoza
· Porcus | Charles Workman
· Heraldo | Torben Jürgens
-Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
-Pequeños Cantores de la JORCAM