Un momento de la ópera 'Viva la mamma'.

Un momento de la ópera 'Viva la mamma'.

Ópera

El Teatro Real, a la conquista de la normalidad con Britten y Dvorák

Joan Matabosch presenta una nueva temporada que combate los fantasmas de la pandemia con los estrenos mundiales de 'Russalka' y 'Peter Grimes'

2 junio, 2020 16:49

“La normalidad la debemos conquistar todos”, ha afirmado Joan Matabosch en la presentación de la próxima temporada del Teatro Real, justo un día después de anunciar la reapertura tras la pandemia el próximo 1 de julio con La traviata. El director artístico del coliseo madrileño, en un rueda de prensa celebrada sobre su imponente escenario, lo cual ha permitido mantener las distancias entre los periodistas asistentes, ha revelado los títulos que jalonarán el curso que viene. Y si bien reconoce que no es exactamente la temporada que tenía diseñada antes de que la pandemia se nos echara encima, también advierte que “la ambición y el discurso artístico” no se han resentido un ápice por las circunstancias inéditas que atravesamos. “Ha habido que hacer ajustes, sí, pero al final no se nota”.

Y, en efecto, así es. En total, serán quince títulos los desplegados. De ellos, siete son nuevas producciones. Especial relieve tiene la apuesta por Britten de nuevo, que será, sin duda, uno de los méritos que haya que reconocerle a Matabosch cuando toque hacer balance de su mandato en Madrid. Tras ver Gloriana y la aclamada Billy Budd, ahora llega el turno a Peter Grimes, obra que puso de nuevo a Inglaterra en el mapa lírico tras el deprimente hueco que se abrió a la muerte de Purcell. Repiten los protagonistas de Billy Budd: Ivor Bolton gobernando el foso y Deborah Warner haciendo lo propio en la escena.

Se trata de una coproducción con la Royal Opera House de Londres, la Ópera de París y la Ópera de Roma. Compañeros de viaje del máximo prestigio con los cuales el Teatro Real ha acordado asumir el protagonismo de realizar el estreno absoluto el 8 de abril. Esa oportunidad de abrir brecha se la ha reservado también para otro de los platos de fuertes de la temporada: la exhibición por vez primera desde su reapertura en el 97 de la Russalka de Antonin Dvorák, en una coproducción junto al Liceo, el Palau de les Arts, el Comunale de Bolonia y la Saschsische Staatsoper de Dresde. La puesta en escena llevará la firma de Christof Loy, que tan buen sabor de boca dejó en Madrid con su elegante y refinada versión de Capriccio de Strauss. Bolton asumirá aquí también los mandos de la orquesta titular del teatro, que ha apuntado la enorme influencia de Wagner en esta partitura y sus “bellísimos doce últimos minutos finales”.

Otro acontecimiento (y otra novedad en el Real) será Viva la mamma de Donizetti, una metaópera paródica, en la que el género bufo se desmanda para ofrecer un hilarante retrato de las bambalinas del género lírico, con una pléyade de personajes histriónicos que van desde una egocéntrica prima donna a un empresario desesperado, pasando por una madre posesiva y controladora de la carrera de su hija cantante. La versión de Laurent Pelly se desarrolla en un aparcamiento situado en el solar en el que en su día hubo un teatro. “Esta producción pasa así de ser una divertimento a una reivindicación de la cultura”, ha señalado Matabosch, consciente de la importancia de una manifestación así en los tiempos adversos que corren.

Hay que señalar dos importantes hitos en lo que respecta a la composición contemporánea española. Por un lado, la Marie de Germán Alonso, inspirada en el icónico personaje del Woyzeck de Alban Berg, al que Lola Blasco ofrece desarrollo dramático en su libreto. Y por otro, Tránsito, pieza teatral de un solo acto de Max Aub a la que ha puesto música Jesús Torres, que debuta en el territorio operístico. Regresamos a través de ella al drama del exilio republicano en México.

Matabosch también ha hecho un interesante emparejamiento de dos obras canónicas del repertorio, Un ballo in maschera de Verdi y Don Giovanni de Mozart. “Ha habido críticos que han dicho que la primera es el Don Giovanni de Verdi. Y tiene su sentido porque en ella el compositor italiano combina escenas trágicas con otras cómicas sin que el espectador experimente sensación de incongruencia”. Ambas producciones irán así pues de la mano, teniendo la Verdi el honor de abrir la programación el próximo mes de septiembre. La producción que veremos procede de La Fenice y estará dirigida musicalmente por Nicola Luisotti, que ha asumido el rol de maestro especialista de Verdi en el Real en los últimos años. Por su parte, el consumado mozartiano que es Bolton pechará con las notas de Don Giovanni, cuya representación estará acompañada por una exposición sobre el mito donjuanesco en la Biblioteca Nacional.

No faltará tampoco la nueva entrega de la Tetralogía. Le toca ahora a Sigfrido, que estará en manos –como las dos entregas anteriores- de Pablo Heras-Casado, que sigue afianzándose en los dominios wagnerianos con este tour de force. Robert Carsen, como en todo el ciclo, será el ideólogo escénico de este montaje, que contará con la voz de Andreas Schager para encabezar el reparto. En versión concierto, tendremos a Elektra de Strauss, El nacimiento del Rey Sol de Jean de Cambefort, Orlando furioso de Vivaldi y Don Fernando, el emplazado de Valentín Zubiaurre, que constituye el guiño del Real a nuestro patrimonio lírico y que, como apunta Matabosch, “es música española que filtra, por un lado, la tradición italiana de Donizetti y Verdi, con lo más avanzado de Francia, como Gounod”.

Habrá también recitales de primeros espadas vocales como Camarena, Jaroussky, DiDonato y Beczala. Y, en el capítulo de danza, el Ballet de Múnich presentará una versión canónica de Giselle (tras la vanguardista que vimos recientemente de Tamara Rojo) y la Compañía Nacional de Danza ofrecerá un programa triple que incluye dos trabajos inéditos en el Real: Apollo de Balanchine y Concerto DSCH de Ratmanski. Además, el Real Ballet Flandes estrenará en Madrid (antes que en su propia sede) In memoriam de Sidi Larbi Cherkaoui.

@albertoojeda