Image: Laia Falcón: “La ópera es una de las banderas de Europa”

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Ópera

Laia Falcón: “La ópera es una de las banderas de Europa”

1 mayo, 2015 02:00

Laia Falcón. Foto: I.C.

Soprano y profesora universitaria, Laia Falcón tenía un perfil idóneo para trazar una historia del género lírico que entretuviese al entendido y conectase con el lego. Eso es lo que le pidió Alianza y lo que ha conseguido con La ópera. Voz, emoción y personaje, sustanciosa y rítmica narración que hibrida lo divulgativo con el conocimiento hondo y fundamentado.

-La ópera tiene cuatro siglos de historia. ¿Qué aportó cada uno a la decantación del género?
- En su nacimiento la proeza fue reunir todas las artes en una sola; en el XVIII consiguió el primer gran despliegue de la técnica lírica del canto, con las primeras grandes estrellas capaces de hacer con la voz lo que nadie jamás había imaginado; en el XIX reinventó su pacto con el teatro, persiguiendo logros dramáticos cada vez más espectaculares, conmovedores y osados en su retrato social; en el XX, con el impacto de episodios tan desoladores como las guerras mundiales buscó nuevos campos de experimentación donde retorcer los sonidos y las palabras en un retrato de lo humano estremecedor.

-Puede verse esta andadura como una sucesión de dialécticas: polifonía arborescente/monodia clásica griego; acrobacias vocales/reforma armónica, historicismo romántico/verismo... ¿Cuál sería la pugna de nuestro tiempo?
-Ha ido alternando fases desbordantes con momentos de ansiada claridad. Nuestra época se inserta en este mosaico con más posibilidades expresivas que nunca y con un reto grandioso: seguir emocionando y acompañando a un público menos uniforme, acostumbrado a ir con su música y sus relatos preferidos en el bolsillo, en pequeños artilugios.

-El problema es que ese público potencial asocia la ópera con petimetres empolvados y cortinajes palaciegos. Creen que le falta calle...
-También hay series de televisión o películas basadas en un glamour inaccesible y no por ello pensaríamos que es un mundo ajeno a nuestra mirada. La ópera tiene muchísima calle. Muchísima. Mozart, Rossini, Kurt Weill, Falla, Bernstein, Britten... Este libro precisamente es una invitación a una fiesta que nos pertenece a todos.

-¿Qué relevancia tiene la ópera en la historia cultural de Europa?
-Desde el XVII, es una de sus grandes banderas de identidad, uno de sus grandes espejos históricos, desde el punto de vista artístico, y uno de sus grandes escenarios de reunión y discusión, hablando ya desde un punto de vista social, urbano y casi arquitectónico. Además, en la evolución de las fronteras y los mapas, la ópera ha jugado un papel esencial en la construcción de muchas identidades, como la italiana o la alemana, que forjaron y defendieron las definiciones de sí mismas también en escuelas y escenarios operísticos, antes incluso de existir como naciones reconocidas.

-¿Por qué sobrevivirá la ópera en un mundo saturado por el ‘entretenimiento digital'?
-Las posibilidades digitales pueden ayudar a extender el repertorio y a que podamos acercarnos a él de forma más fácil y libre. Pero, además, la ópera va a sobrevivir porque está acostumbrada a reinventarse: ¡lleva siglos haciéndolo! Y porque la magia de la calidad y lo irrepetible la convierte en un tesoro inigualable: una joya que nace de tanta coordinación, tanto trabajo y tantos ensayo... ¡Y que, sin embargo, sigue siendo única cada noche!