Una música sinfónica y melodramática anuncia que el nuevo disco de Bad Bunny no es como el anterior. La superestrella de la música urbana latina, de 29 años, ha lanzado este viernes Nadie sabe lo que va a pasar mañana, su quinto álbum. Es un largo disco de 22 canciones, de tono confesional, en el que cambia el reguetón y el perreo por el trap. Una vuelta a sus orígenes que no busca gustar a todo el mundo, sino a sus seguidores más fieles, que querían verlo regresar a ese género: “Este disco no es pa ser tocado, ni un billón de vistas / es pa que mis fans reales estén contentos / Aunque yo por dentro no me sienta al 100%”.
En los últimos cuatro días ha habido mucha expectación ante la salida del disco, anunciado por el propio Bad Bunny en sus redes sociales y sin ninguna gran campaña previa de marketing. No la necesita el artista musical más escuchado del mundo en plataformas digitales y el que ha contribuido en mayor medida a que el idioma español supere por primera vez al inglés en la industria. Según la plataforma Spotify, en 2022 fue, por tercer año consecutivo, el artista más escuchado del mundo, con un total de 18.300 millones de reproducciones. También arrasa en ventas físicas: su último disco, Un verano sin ti, fue el álbum de mayor éxito en España en 2022, con 200.000 copias vendidas, por encima del Motomami de Rosalía.
Que nos encontramos ahora ante un disco personal e intimista lo confirma el hecho de que va firmado en la portada como Bad Bunny / Benito (su nombre de pila real) y fechado, como si se tratara de una larga carta en la que vuelca sus confidencias, bajo una ilustración de un vaquero tratando de domar a un caballo.
A las 18:00 hora española de este mismo viernes ha estrenado en YouTube (donde tiene 46,7 millones de seguidores) el primer videoclip del disco, el de la canción Monaco. Ambientado en una Nueva York de otra época (así lo atestiguan las Torres Gemelas al fondo, aún en pie, y las cámaras vintage de los paparazzi), Bad Bunny se baja de una limusina y entra en una trattoria donde el dueño le da la bienvenida llamándole Don Benito. En su mesa le esperan los suyos y, entre ellos, nadie menos que Al Pacino. Todo un despliegue de medios para retratar al astro puertorriqueño como un capo de la mafia.
La mayoría de las bases musicales en la que se apoyan los versos de Nadie sabe lo que va a pasar mañana siguen las pautas habituales del trap: son sombrías, con mucho subgrave y arreglos electrónicos, creadas por una cohorte de productores entre los que figuran mayoritariamente La Paciencia, Tainy y MAG. Entre las colaboraciones vocales destacan Eladio Carrión, Young Miko, Mora, Bryant Myers o Luar la L.
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El asunto principal del álbum es ya un cliché entre los músicos con maneras de gánster: la soledad en la cima (llorando en la limo, que diría C. Tangana). Bad Bunny siente que ya lo ha logrado todo: “A veces quisiera quedarme pelao pa empezar a josear [buscarse la vida] otra vez / Y hacerme millo [millonario] de nuevo, mira cómo me muevo”, dice en Mr. October, donde también habla de sus pinitos como modelo de Vogue o como actor de Hollywood en películas como Bullet Train y Fast & Furious 9. “Siento que ya pasé GTA, ¿qué puñeta hago ahora?”, canta en ese mismo tema, y en otra canción incluso afirma que se retirará a los 33 años.
Benito Antonio Martínez Ocasio (Vega Baja, Puerto Rico, 1994) muestra también en este disco una leve pesadumbre moral por llevar una vida de excesos constantes, pero sin dejar de hacer ostentación de lo bien que se vive derrochando dinero, conduciendo coches caros, comprando objetos de lujo, derramando champán y, sobre todo, teniendo sexo hasta el desmayo con mujeres de infarto por las que no siente ningún apego.
También hay alguna canción de ruptura (Gracias por nada) y un breve interludio titulado Europa :( en el que la megafonía de un aeropuerto anuncia un vuelo cancelado al continente, con el que alude a su ausencia de los escenarios europeos desde hace varios años. Y en Los Pits, una referencia a la famosa canción de venganza de Shakira contra Piqué: “Ahora los hombres lloran, sí, pero sin parar de facturar”, en Los Pits.
Para los aficionados al reguetón hay un par de regalos: Perro Negro y la última canción del disco, Un preview, que, como dice el propio Bad Bunny, es un adelanto de lo que vendrá después, lo que hace suponer que el próximo año publicará un disco para incendiar las pistas de baile.