Vivaldi: Grosso Mogul. Conciertos & Sonatas
Lina Tur Bonet
5 octubre, 2018 02:00
Tur Bonet rememora en este registro algunas de las virtudes que debieron de adornar como instrumentista -no digamos como compositor- al célebre cura pelirrojo veneciano, que suscitaban el asombro de quienes le oían. Fastuosos ritornelli, exuberancia de ornamentos, armonías inesperadas, efectos espaciales, impresionante complejidad mecánica, con ataques fulminantes, cuerdas al aire... Todo tipo de ágiles proezas se unen al lirismo más expansivo, al toque poético más discreto de los Largos. Las dificultades del Grosso Mogol, Ryom 208a, en arreglo de Olivier Fourés, se centuplican al haberse elegido en esta interpretación la más extensa y dificultosa de las diez cadencias escritas por el músico para el tercer movimiento, Allegro.
La violinista sale indemne de la prueba haciendo sonar su Amati de 1740 como los propios ángeles, con un espectro satinado, una igualdad de registros, una sedosidad y una afinación indiscutibles. No parece haber ningún problema para ella, que toca con una un arrojo arrollador, imantando de paso a los once excelentes instrumentistas que la acompañan. Maravillosos efectos anotamos en el Concierto para violino in tromba (que lleva un puente modificado) RV 311, que se graba por primera vez y que nos brinda su rústica tímbrica. También es novedad discográfica el Concierto RV 226. Rematan la publicación tres de las Sonatas Graz para violín y continuo, RV 4, 17 y 37, arregladas en parte también por Fourés (tocadas en este caso con un instrumento anónimo del siglo XVI), y el único tiempo de la Sonata en la menor de Pisendel, retocada por el propio Vivaldi (primer registro mundial asimismo). Un CD muy bien grabado (en el Auditorio de Murcia), que alberga todo el incombustible espíritu de don Antonio, presenta curiosas novedades y exhibe interpretaciones de altos vuelos.
La violinista sale indemne de la prueba haciendo sonar su Amati de 1740 como los propios ángeles, con un espectro satinado, una igualdad de registros, una sedosidad y una afinación indiscutibles. No parece haber ningún problema para ella, que toca con una un arrojo arrollador, imantando de paso a los once excelentes instrumentistas que la acompañan. Maravillosos efectos anotamos en el Concierto para violino in tromba (que lleva un puente modificado) RV 311, que se graba por primera vez y que nos brinda su rústica tímbrica. También es novedad discográfica el Concierto RV 226. Rematan la publicación tres de las Sonatas Graz para violín y continuo, RV 4, 17 y 37, arregladas en parte también por Fourés (tocadas en este caso con un instrumento anónimo del siglo XVI), y el único tiempo de la Sonata en la menor de Pisendel, retocada por el propio Vivaldi (primer registro mundial asimismo). Un CD muy bien grabado (en el Auditorio de Murcia), que alberga todo el incombustible espíritu de don Antonio, presenta curiosas novedades y exhibe interpretaciones de altos vuelos.