Kendrick Lamar
Por tercera vez consecutiva, el rapero de Los Ángeles
Kendrick Lamar logra no solo el primer lugar en los discos de hip hop sino en el de los mejores discos de cualquier género del año.
Damn, algo así como "maldita sea", ha superado incluso en éxito a
Good Kid M.A.A.D. City (2012) y
To Pimp a Butterfly (2015), discos de gran impacto, con un
regreso a un hip hop más clásico tras la fuga jazzística del
To Pimp... que
probablemente lo coronará en los próximos Grammy del próximo 28 de enero, donde parte como favorito con siete candidaturas.
Ha habido más vencedores en
un año marcado por Trump y una mayor politización de los raperos. Como SZA, que ha debutado con un álbum de R&B y soul asomobroso en el que escuchamos una voz llena de emoción. Otra gran estrella femenina en el firmamento es la estadounidense de origen etíope Kelela, que con
Take Me Apart se revela como una gran renovadora del soul con tintes electrónicos. Y la experimentación ha llegado de la mano de Sampha, que nos conquista con
Process y su sofisticado R&B deconstruido. Y los jovencísimos Migos, de Atlanta, arrasan con
Culture, emblema del
auge del trap.
Tiempo de clásicos como Jay Z, que ha vuelto a conquistar a la crítica internacional con
4:44, un testimonio en primera persona de su crisis matrimonial con Beyoncé y honda reflexión sobre la negritud. Tyler, the Creator, que andaba un poco perdido, ha sorprendido con
Flower Boy, un álbum con fuerza, mientras Drake y Vince Staples siguen en plena forma. Y El-P y Killer Mike se erigen como jefes de la oposición con su proyecto Run the Jewels.
Kendrick Lamar: Damn
Videoclip de "Element", de Kendrick Lamar
Kendrick Lamar, a sus 29 años, es la estrella más grande de la música mundial. Después de una obra maestra como
To Pimp a Buttferfly, la expectación era máxima para escuchar el nuevo trabajo del rapero de Los Ángeles. Definido por él mismo como un "disco urgente", después de sus devaneos con el jazz,
Damn devuelve al Kendrick Lamar más genuinamente rapero en unas canciones de gran fuerza lírica y rítmica en las que
se erige como líder de la comunidad negra. Empezando por un single como "DNA", en el que reivindica, una vez más, sus raíces afroamericanas y siguiendo por una canción como "Humble", en la que se recuerda a sí mismo la importancia de mantener los pies en el suelo, Lamar se reivindica como "hombre enfadado" y en guerra contra la era Trump marcada por los abusos policiales y movimientos como Black Lives Matter. Muy influido como siempre por el soul ("Love" con Zacari o la sensacional "Lust"), el rapero más que hacer música parece que quiere empezar una revolución.
Drake: More Life
Drake ya es
el rapero que más discos vende en el mundo gracias a esa facilidad suya para crear canciones sensacionales y al mismo tiempo con un potencial tan masivo como "Hold On We're Going Home" o "One Dance", que son clásicos contemporáneos. Drake es un artista hiperactivo y cuando aún suenan los ecos de
Views, su anterior álbum publicado el año pasado,
More Life es más de lo mismo y a pesar de esa suerte de incontinencia suya, el artista nos sigue emocionando con canciones como "Passionfruit", seguida de "Jorja Interlude", en la que logra una base electrónica de una belleza casi sublime o temas como ese "Get it Together" que arranca como una canción cualquiera de house para alcanzar grandes momentos de emoción.
Kelela: Take Me Apart
Después de su espléndido debut hace dos años,
Hallucinogen, la cantante y compositora de Washington D.C. se supera a sí misma con un disco que suena al mismo tiempo elegante y sincero, demostrando que es posible desnudar el alma sin perder la compostura. Hay canciones del mejor R&B cercano al pop como "Waitin" y temas en los que nos recuerda a Sade ("Frontline") mientras en otros, como "Blue Light", surge una vena más experimental y lírica. De origen etíope, Kelela hoy vive a caballo entre Los Ángeles y Londres y es
una de las voces más poderosas de las minorías en ambos países.
Jay-Z: 4:44
Del creador de "99 Problems", quizá el himno contra el racismo más popular del mundo con eso de "tengo 99 problemas y ser negro no será uno de ellos", llega "The Story of O.J.", en el que narra con sorna su propio ascenso a los cielos para concluir que "rico o pobre, sigo siendo un negro". El melodrama familiar da mucho de sí y en "Smile", con gimoteos de su segunda hija incluidos, rapea "ama a quien amas porque la vida no está garantiazada" y su dúo con Beyoncé se llama directamente "Family Feud": "Un hombre que no se ocupa de su familia nunca es rico / Vi
El padrino y no entendí nada de la película". Un disco de madurez en el que Jay-Z sigue creando
una música que va más allá del hip hop para ir directamente a las raíces de la tradición americana, del musical al blues y de regreso al pop, en una obra de un virtuosismo sonoro que necesita varias escuchas.
Migos: Culture
Con su segundo álbum, estos tres raperos de Georgia (Estados Unidos) han obtenido un gran éxito en Estados Unidos tanto de crítica como de público. En
una región del país muy conocida por el auge del trap y patria chica de otros grandes nombres como Young Thug o Gucci Mane, los jóvenes Quavo, Offset y Takeoff, Migos triunfan con un disco en el que se aprecia esa cadencia casi dub del trap con unas canciones llenas de groove como "Bad and Boujee", su gran éxito, en las que se esmeran por componer esa suerte de
sinfonía de los suburbios que propone el género musical.
Run the Jewels: 3
El primer combo de hip hop político de Estados Unidos, Run The Jewels, la explosiva unión entre el rapero de Atlanta Killer Mike y el de Nueva York El-P, llega a su tercera edición en plena forma y ambos están dispuestos a dar más guerra que nunca en plena era Trump.
La prensa del país los llama "la resistencia" y el dúo sigue por derroteros parecidos a los dos primeros álbumes con esa música que parece retratar una realidad violenta y agitada. Su hip hop punzante y demoledor va acompañado de letras estrictamente políticas (aquí a la "casta" se la llama "the masters"), donde los raperos liberan toda su rabia contra una realidad opresiva en la que pobres y minorías se convierten en esclavos. En "Thieves!", Killer Mike rapea: "No más madres y padres llorando / No más brazos al aire / Ponemos las pistolas en el aire / Cócteles molotov volando por los aires". Ellos dicen que llegan tiempos difíciles, habrá que prepararse.
Sampha: Process
Después de dos EP recibidos con grandes alabanzas, el londinense Sampha se ha tomado su tiempo para lanzar su primer LP, este
Process recibido como un acontecimiento en el que brilla como
uno de los más sofisticados renovadores del R&B. La música de Sampha no está muy lejos de la otra londinense como FKA Twigs en su deconstrucción del R&B con catárticos y dramáticos resultados. Por momentos se parece al romanticismo sexy de Miguel aunque Sampha siempre parece encontrar la manera de que sus canciones se escapen a lo convencional para lograr espacios de hondura y refinamiento.
SZA: CTRL
Gran triunfo para Solána Imani Rowe con este disco de debut tras una serie de EP que habían sido muy celebrados por el amante del R&B. Proveniente de Misuri, aunque criada en New Jersey, SZA cita como influencias a Ella Fitzgerald o Lauryn Hill y hay mucho de ambas en un álbum soberbio en el que la artista
habla con desarmante honestidad sobre sexualidad, relaciones amorosas o racismo con un R&B muy influido por el soul en el que brilla como una virtuosa cronista de una realidad turbulenta. Hay grandes temas como ese ya clásico "Love Galore" o dúos como "Doves in the Wind", que marcan musicalmente este año.
Tyler, the Creator: Flower boy
Aunque los tiempos de Odd Future hoy casi parecen prehistoria, fue de ese grupo de hip hop surgido hace una década en Los Ángeles donde nació el actual dominio de la ciudad californiana en el terreno no solo del rap, también de la música de vanguardia contemporánea. Mientras otro de sus integrantes, Frank Ocean, conocía la gloria mundial o Earl Sweatshirt se convirtió en el rapero adolescente por antonomasia, la estrella de Tyler, the Creator, parecía haberse ido apagando después de haber sido su más brillante figura. Recibido con grandes elogios por parte de la crítica internacional,
este sensacional Flower Boy nos devuelve al artista en todo su esplendor. Gamberro y experimentador, el disco nos regala unos cuantos dúos de gran altura con artistas tan variopintos como ASAP Rocky ("Who Dat Boy", espíritu
old skool) o el ínclito Jaden Smith ("Pothole", homenaje a la marihuana).
Vince Staples: Big Fish Theory
El rapero de Los Ángeles Vince Staples ya es una superestrella mundial y este
Big Fish Theory quizá sea ahora mismo el disco más celebrado por la crítica mundial. Como
"música dance del siglo XXI" definen los expertos un disco más electrónico y enfocado a la pista de baile en el que Staples logra al mismo seguir siendo tan punzante como siempre y más divertido que nunca. Sigue teniendo
Big Fish esa cadencia casi dub, como en la canción que da título al disco, y
un aire a crónica callejera, como si realmente estuviera grabado mientras Staples pasea por su barrio (Long Beach) y nos fuera contando sus propias historias y las de sus vecinos.