Image: Carl Maria von Weber
Carl Maria von Weber
Oberon
8 septiembre, 2005 02:00
La última ópera de Carl Maria von Weber, Oberon, escrita sobre un enrevesado libreto de James Robinson Planché, inspirado a su vez en El sueño de una noche de verano de William Shakespeare y en el poema épico Oberon del alemán Christoph Martin Wieland, contiene algunas de las mejores páginas del compositor, así como buena parte de su música más fantástica e imaginativa. ésta es la primera grabación que sigue la versión original del estreno en el Covent Garden de Londres, el 12 de abril de 1826, y, además de estar cantada en inglés, devuelve a la partitura una frescura y una ligereza que están ausentes en las, por otra parte, magníficas ediciones discográficas ya existentes, debidas a Rafael Kubelik (DG, actualmente inencontrable), James Conlon (EMI, que utiliza la revisión de Mahler) y Marek Janowski (RCA), orientadas hacia una estética más wagneriana.
Gardiner dirige una música que le va como anillo al dedo, obteniendo unas sonoridades auténticamente “feéricas” de su orquesta y su coro. En el equipo vocal encontramos a una serie de cantantes eminentemente juveniles que dan plena credibilidad a sus personajes, en especial el tenor alemán Jonas Kaufmann o la soprano finlandesa Hillevi Martinpelto. Aunque también Steve Davislim en el papel titular, Marina Comparato y William Dazeley se integran en el conjunto. Una excelente ocasión para acercarse a una partitura, posiblemente tal y como como surgió de la mente de su autor.
Gardiner dirige una música que le va como anillo al dedo, obteniendo unas sonoridades auténticamente “feéricas” de su orquesta y su coro. En el equipo vocal encontramos a una serie de cantantes eminentemente juveniles que dan plena credibilidad a sus personajes, en especial el tenor alemán Jonas Kaufmann o la soprano finlandesa Hillevi Martinpelto. Aunque también Steve Davislim en el papel titular, Marina Comparato y William Dazeley se integran en el conjunto. Una excelente ocasión para acercarse a una partitura, posiblemente tal y como como surgió de la mente de su autor.
