En este disco encontramos un perfecto ejemplo práctico de la llamada música minimalista, aquella que repite, con pequeñas modificaciones, células y melódicas entrecruzadas, a través de un contrapunto obsesivo y de un medido desfase rítmico. El compositor neoyorkino Steve Reich (1936) es sin duda el mejor de los minimalistas. Supera en inventiva y en intensidad a los más facilones Philipp Glass o Michael Nyman. Un excelente ejemplo de su arte es la espléndida Different trains, que el autor ha ampliado para un grupo de 48 arcos y banda magnética con voces y ruidos diversos, que componen un todo de fuerte impronta dramática. Triple Quartet posee innegable estilo bartokiano por su aristada rítmica. The four sections combina numerosas luces en sus cuatro movimientos. La interpretación es excelente, cargada de intención, clara y eficaz en lo rítmico, angulosa y tajante. Se siguen bien con ella los llamativos efectos de Reich, que a más de uno le pareceran aburridos.