Maurice Ravel: "Conciertos para piano".
Zimerman refleja magistralmente los coloridos jazzísticos del primer tiempo del concierto estrenado por Marguerite Long, las pinceladas impresionistas de los valses compuestos en homenaje a los de Schubert y que en su día fueron dados a conocer de forma anónima, el virtuosismo del grandioso "Concierto para la mano izquierda", la única que le quedaba a Paul Wittgenstein… Pero, sobre todo, admira la concentración mozartiana del segundo tiempo del "Concierto en sol mayor", auténtico placer para los oídos. La calidad de la grabación ayuda a hacer de estas versiones un hito. Zimerman dispara poco, pero siempre da en la diana.