Por estos días echa a andar la edición nº 84 del que es el Festival más antiguo de nuestro país, la Quincena Donostiarra. Hablábamos en estas páginas de ella y de otras citas importantes del verano musical hace unas semanas. Ahora procede que nos detengamos en uno de los conciertos más señalados del enclave vasco, que es el que abre la muestra el día 3 de este mes: el que van a protagonizar en el Auditorio Kursaal la Orquesta Filarmónica de Rotterdam y su nuevo titular, Lahav Shani, un joven extremadamente talentoso nacido en Tel Aviv en 1989, nombrado no hace mucho titular de la formación holandesa, cargo que compagina desde hace tres años con el resctor de la Filarmónica de su país.
Pero lo que nos interesa aquí es resaltar la presencia en la sesión, como figura esencial de la misma, del también joven chelista español Pablo Ferrández, que ha ido ascendiendo muy rápidamente desde sus premiadas actuaciones para Juventudes Musicales hasta alcanzar cimas inesperadas como la que supone codearse con la violinista Anne-Sophie Mutter, con la que ha tocado y con la que ha grabado hace poco para Sony un disco con el Doble Concierto de Brahms. En San Sebastián va a intervenir, junto a los holandeses, en el Concierto nº 1 de Shostakóvich, escrito ex profeso para Rostropóvich, quien lo estrenó en San Petersburgo en 1959.
Hay mucho interés en ver cómo se desenvuelve Ferrández en esta nada fácil partitura, que comienza con uno de los traviesos juegos temáticos y rítmicos característicos del autor y en donde el chelo ha de intervenir ya a plena presión. Es obra muy apta para las condiciones de Ferrández, que posee un talento natural fuera de serie, que aúna sensibilidad, vibración muy interior, satinada tímbrica y hermosos reflejos. El sonido, aunque no es muy grande, tiene una personalidad sorprendente. El nacido de un Stradivarius “Lord Aylesford” (1696), cedido por la Nippon Music Foundation. Ideal para buscar las agrestes sonoridades de su parte.
[La música de Shostakóvich, entre lo grotesco y lo retórico]
Hay que esperar que el chelista madrileño exhiba de nuevo su intachable afinación, el gusto y la expresividad a los que nos tiene acostumbrados en su corta carrera. En los últimos tiempos ha engrandecido su espectro y ha ampliado y dotado de mayor flexibilidad a su fraseo, así como ha progresado en seguridad de ataque y justeza en los sobreagudos y “glisandi”.
Nos agrada mencionar también aquí a otro artista español, el contratenor Nacho Castellanos, formado con autorizados profesionales como los españoles Raquel Andueza o Xavier Sabata y las italianas Marianna Brilla y Lisa Paglin. Es todo un reto para lo que supone una puesta de largo del cantante, que estará acompañado del grupo Gato Murr, creado por él y que toma el nombre de la famosa novela de E.T. A. Hoffmann. Actuarán también el día 3 y lo harán, con entrada libre, en el ayuntamiento de la ciudad.
Al día siguiente se presentarán, dentro de la Quincena Itinerante, en la Ermita de la Virgen de Bercijana de la localidad alavesa de Yécora. En programa obras de Haendel, Bach o Purcell; y de autores menos conocidos como Babell y Eccles.