El músico estadounidense John Prine, figura destacada del country y el folk, ha muerto este martes a los 73 años tras haber sido infectado de Covid-19 hace dos semanas, según ha informado la prensa local de Nashville (Tennessee, EE. UU.), la capital mundial del country, donde residía. Con una carrera de más de cinco décadas, Prine ostentaba un Grammy honorífico por el conjunto de su obra musical y un puesto en el Songwriters Hall of Fame.
Prine nació en 1946 en Maywood, en el área metropolitana de otra de las grandes ciudades musicales de Norteamérica, Chicago (Illinois). Sus padres eran obreros del sector minero en Kentucky, pero se trasladaron a Chicago para trabajar en una fábrica. Prine dio sus primeros pasos en la música, como tantas estrellas, recién iniciada la adolescencia y con una guitarra en la mano. Aprendió unos cuantos acordes de su hermano mayor y algo más tarde empezó a estudiar en serio en la Old Town School of Folk Music. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar como cartero, antes de hacer el servicio militar en Alemania occidental como mecánico. Cuando regresó a casa y a su trabajo, comenzó a idear canciones mientras repartía el correo.
Poco después comenzó a actuar en la escena local de folk en Chicago y en 1970 un periodista escribió una reseña positiva sobre uno de sus conciertos, ensalzando su sencillez sobre el escenario y su capacidad para atraer la atención del público con las historias que cantaba, lo cual aceleró su ascenso a la fama.
Kris Kristofferson, otro grande de la música folk estadounidense, fue también determinante en su carrera, ya que le consiguió conciertos en Nueva York, lo cual derivó en su primer contrato discográfico. En 1971 vio la luz su álbum de debut, que contenía algunas de las canciones por las que sigue siendo más conocido, como “Paradise”, “Angel From Montgomery” y “Sam Stone”, una composición sobre la difícil adaptación a la vida civil de los veteranos de las guerras de Vietnam y Corea al regresar a su país.
Por entonces, el gran héroe de la música folk americana era Bob Dylan. Prine coincidió con él en una fiesta y, sin saber que había oído su disco, Dylan comenzó a cantar una de sus canciones, algo que le dejó sin palabras. Comparado a menudo con Dylan, Prine siguió no obstante su propio camino como compositor.
Su canción “Paradise” se convirtió en un estándar del country y fue versionada por artistas de la talla de los Everly Brothers y Johnny Cash. En ella narra la destrucción del pueblo de su familia por culpa de la industria minera. En “Angel From Montgomery”, también de su álbum debut, dejó patente su vocación por contar historias de gente humilde al adoptar el punto de vista de una ama de casa de avanzada edad con una vida sin muchas opciones entre las que elegir.
En 1980, Prine se mudó a Nashville atraído por su ambiente musical, que había conocido durante unas sesiones de grabación de un disco que no llegó a ver la luz. Allí se construyó su propio hogar en la industria discográfica, el sello Oh Boy Records, que fundó junto a su manager en 1981 y donde publicó casi todas su música en las siguientes décadas.
En su autobiografía, Johnny Cash escribió que entre la poca música que escuchaba se encontraba la de John Prine, junto con la de Guy Clark, Steve Goodman y Rodney Crowell, sus “cuatro grandes”.
El coronavirus que ha acabado con la vida de Prine no ha sido el único problema grave de salud con el que tuvo que lidiar. En 1998 fue operado de cáncer de garganta, tras lo cual tuvo que acudir a terapia para poder volver a cantar, y en 2013 tuvo que volver a batallar contra el cáncer, en aquella ocasión de pulmón.
Con la llegada del siglo XXI, Prine continuó publicando discos y apadrinando a nuevas figuras del country, colaborando con ellas a la vez que estas mantenían vivo su legado, en una relación simbiótica. Kacy Musgraves o Dan Auerbach son algunas de las nuevas figuras del género que lo consideran un ejemplo a seguir.