No hay duda de que los seis Conciertos de Brandenburgo de Johann Sebastian Bach son una de las cimas musicales de todos los tiempos. Todo un hito en la obra del Cantor y todo un paradigma de las relaciones establecidas entre uno o más solistas y el ripieno orquestal. Una buena muestra del genio poderosamente sintético del compositor. Uno de los problemas más arduos de resolver es el de la instrumentación. Bach simplemente se había limitado a consignar “varios instrumentos”, sin especificar. Sin duda el bajo continuo no es en ninguno de los conciertos uniforme; las posibilidades por tanto son diversas y dependerá de los intérpretes darle mayor o menor valor histórico y estilístico. Bach adaptó, y abrió con ello de hecho el camino del concierto moderno, el concerto a solo de Vivaldi y a los llamados conciertos en grupo.
El Dunedin Consort es uno de los conjuntos que más han investigado los 'Conciertos de Brandenburgo'
De entre los conjuntos actuales que más han investigado las características de estas obras figura por derecho propio el Dunedin Consort, que dirige el especialista John Butt, que siempre ha hurgado en la historia para descubrir el auténtico valor de tan legendarios pentagramas. Se busca en este caso un tipo de temperamento que trata de reflejar el carácter sonoro que pudo tener la orquesta cuando se estrenaron. Hoy se sabe que no fueron escritos para el Margrave, sino que provienen de una serie de piezas que en realidad había preparado y tocado el compositor durante su estancia en Cöthen para los músicos del príncipe Leopoldo. La dedicatoria al Margrave obedeció, según el musicólogo Philipp Spitta, al deseo del aristócrata de ver algunas piezas creadas por el músico con un prólogo en francés.
Esperemos que Butt y sus huestes nos abran nuevas perspectivas en unas páginas que en realidad son susceptibles de muchos enfoques y de impulsar la fantasía de sus recreadores. El acontecimiento tendrá lugar este sábado en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional.