El hacedor del arte es el artista y éste, sin fisuras y con el paso que va marcando su propia necesidad imaginativa y el despertar a mundos que descubre sucesivamente, avanza procurando consolidar su propio lenguaje. Este es el proceso imparable en el que se ha empeñado Rocío Márquez, una voz despierta, indagadora de nuevas dimensiones expresivas, valiente y en el camino de la búsqueda sincera para intentar alcanzar ámbitos desconocidos de manifestación flamenca.
El último disco de Márquez, Firmamento (Universal), ha supuesto su despegue fulgurante y la ha situado en un alto nivel en el que ha roto barreras para adquirir otra magnitud musical y sonora, aunque su sentido de la libertad, el no verse restringida y estar abierta a posibles contingencias, rebasa cualquier supuesto. “Es cierto que en Firmamento utilizo un lenguaje con el que me siento muy cómoda, pero no son los únicos códigos que me interesan como fórmula para comunicarme”.
“Tampoco -añade- tengo la sensación de que esto que hago hoy tenga que condicionar el camino que deba seguir a partir de ahora. No me lo he marcado con unas claves inamovibles: mi creatividad es libre y no está supeditada a unas líneas establecidas a priori. Intento ser honesta conmigo misma para saber qué es lo que necesito decir y cómo en un momento determinado, pensar en qué es lo que me mueve, qué es lo que me motiva y genera atracción y, por qué no decirlo, qué es lo que me enloquece. Y, a partir de ahí, plantear los proyectos”.
Pregunta.- ¿Es confortable esa actitud? ¿No es un tanto aleatoria o, quizá, subordinada a situaciones imprevistas?
Respuesta.- Es posible, pero no encuentro otra manera de hacerlo. Entonces, si se vuelve a producir este encuentro y se traduce en nuevos proyectos, bienvenidos sean, pero no es algo que tenga pensado o dispuesto con antelación. Soy mucho más espontánea y eso te proporciona autodeterminación. El no estar sujeta a un modelo fijo te da alas y te permite dejar las puertas abiertas a otras posibilidades en el futuro.
Desde el primer momento, Rocío Márquez ha tenido muy claro que una formación sólida y el conocimiento profundo de la música son las claves sobre las que debe articularse una trayectoria profesional para que ofrezca resultados óptimos. Así que con nueve años ya se afanó con el fin de iniciarse en el mundo del arte, aprendiendo los compases del rico y suntuoso patrimonio de su tierra. Entre fandangos de Almonaster, Cabezas Rubias, Valverde, Calañas, El Cerro, Santa Bárbara o Encinasola, cuya enseñanza se impartía en las clases de la Peña Flamenca de Huelva, ciudad donde nació en 1985, la joven y aplicada alumna tuvo tiempo de cursar en el conservatorio hasta cuarto grado de piano. El Para Elisa, la clave de sol y las semifusas se mezclaban con los ecos rotundos de Paco Toronjo en una simbiosis que con el tiempo ha fructificado de la mejor manera: una mujer culta, refinada, exquisita, de una compleja madurez y autora, sobre todo en el caso de Firmamento, de muchas de las músicas que interpreta y de las letras que canta: “Para mí era esencial ser la autora de las músicas y la mayoría de las letras. Lo sentía como algo necesario, especialmente en este trabajo concreto. Me interesaban los contenidos, el argumento de las materias que íbamos a tratar, las ideas que estábamos reflejando, e incorporar mis puntos de vista, porque me parece que cuando se hace un planteamiento o uno necesita exponer algo, hay que implicarse en la composición, tanto musical como literaria”.
P.- Sobre todo en su Firmamento, en el que parece que brillan muchas estrellas. Ahora recuerdo esa letra que cantaba Manolito el de María: “A mí me sigue, me sigue/ una estrella chiquitita,/ chiquitita pero firme”.
R.- Es una letra preciosa y entrañable, y con mucho significado, aunque en mi Firmamento hay también una considerable cantidad de colores, una paleta inmensa de probabilidades, de ocasiones para el descubrimiento. Y de riesgo, porque sin riesgo no existe la verosimilitud.
Música de las estrellas
P.- He visto a los derviches giradores en Turquía, concretamente en Estambul y en Konia. Bailan al ritmo de una música de infinidad, que suena como en otros espacios, tocada con el ney o flauta de caña. En ocasiones, se le llama la música de las estrellas. ¿En su Firmamento está también ese tipo de música?
R.- Qué hermoso, pues no lo había pensado pero puede que estuviera ahí sin ser consciente. Porque, fíjese, y esto es algo que nos pasó en el trabajo anterior, en El Niño, y que me está ocurriendo con este, es que compones cosas y centras conceptos que no sabes bien de dónde te vienen, cuál es su procedencia. Cuando pasa un tiempo, de repente se te enciende una luz, y esa melodía o esa imagen la focalizas, descubres su origen y te devuelve al lugar de donde vino en un principio.
"Siempre he abogado por no sentirme sometida a ningún canon, ni clásico, ni de vanguardia"
Concursos infantiles, primeros premios, estudios de técnica vocal, programas de radio y televisión, hasta que a los quince años decide dar un paso que resultó fundamental en su carrera: el traslado a Sevilla para que, con el amparo de una beca otorgada por la Fundación Cristina Heeren, ingresar en dicho centro bajo la tutela de los maestros José de la Tomasa y Paco Taranto, a la vez que obtenía la diplomatura en magisterio musical por la Universidad de Sevilla y seguía, en la misma institución, los cursos de doctorado en Estudios Avanzados del Flamenco. Entre sus muchos galardones, el principal y más prestigioso es la Lámpara Minera, que obtuvo en 2008 y que la consagró como una cantaora de nuestro tiempo, de gran repertorio, flexible, con afinación perfecta, sonido penetrante, elocuencia en los matices, pasando fácilmente de lo lírico a lo dramático en una sugestiva y clara expresividad que engancha con el público, estableciéndose entre ella y el oyente un cálido sistema de afinidades.
Esta es una de las causas del éxito de la artista de Huelva, su capacidad de transmisión a través de la entrega sin paliativos, aunque manteniendo la compostura del cante en un grado de tensión no forzada y sin recurrir a subterfugios teatrales. Naturalidad pero con pasión, equilibrio pero con seductora fuerza en una ejecución limpia, avalada por una técnica de elaborados sistemas y con unos criterios abiertos: “Yo tenía desde el principio la necesidad de establecer la convivencia entre esas dos partes que, a veces, separamos en el flamenco: lo tradicional y lo experimental. Estoy convencida de que ambas ideas tienen que ir de la mano. Siento que el flamenco está vivo y no es un objeto para exponerlo en la vitrina de un museo. Hay demasiado miedo a que lo puro se muera, y yo creo que, por definición, algo se muere cuando no está vivo, cuando no evoluciona”.
Salirse del tiesto
En Firmamento, Márquez suprime la presencia guitarrística para, con el asesoramiento de Pedro G. Romero, invitar al conjunto Proyecto Lorca, que aporta los acompañamientos así como una contundente profusión de efectos sonoros. “Pensé que para sacarme a mí misma del tiesto, podría ser interesante dialogar con elementos que manejasen otras claves y que me inspiraran para encontrar diferentes vías de expresión. Había visto Proyecto Lorca en un espectáculo de Israel Galván, y cuando comenzamos a trabajar juntos se produjo de inmediato un fluido entendimiento. Fue una sensación estupenda, de las que dices: sería una pena que no intentemos desarrollar lo que ha surgido hoy aquí. Lo que sí es cierto es que después hemos encontrado pilares fundamentales, una vez que decidimos que esas iban a ser las instrumentaciones y que, en el ámbito conceptual, todo iba a ir alrededor de los timbres y una amplia gama de tonalidades que venía de distintas fuentes”.
P.- Hablaba de que existían muchas cuestiones que tenía la obligación de manifestar en Firmamento.
R.- Y de hecho se manifiestan con claridad, por ejemplo, en el Romance de la almendrita, con la magnífica colaboración de Christina Rosenvinge, que trata de manera exquisita la violencia de género, o el drama de los refugiados, o el controvertido asunto de la destrucción del medio ambiente, en unos fandangos con textos de la poeta María Salgado. Era necesario que los fandangos de mi tierra pusieran sobre la mesa algo de tanta importancia, ya que en Huelva tenemos uno de los más altos niveles de contaminación, y que los venenosos residuos de fofoyeso, que parece que los quieren enterrar, en vez de extraerlos, no sea un peligro para nuestros acuíferos y para la salud de todo el mundo.
Márquez, que antes de Firmamento ha publicado Aquí y ahora (2009), Claridad (2012) y El Niño (2014), ha participado en la gala de Flamenco Festival en el Sadler's Wells de Londres, el City Center de Nueva York y el Adrienne Arsht Center Knigth Concert Hall de Miami. “Siempre he abogado por no sentirme sometida a ningún canon, ni clásico, ni de vanguardia, ni relacionado con movimientos estéticos específicos o que me obliguen a hacer algo porque sí. Las cosas vendrán cuando y como tengan que venir y lo haré lo mejor que pueda”.
Las minas, raíz e improvisación
Hay festivales que por su permanencia en el tiempo y por su escogido diseño, son ya piezas imprescindibles. Si a esto añadimos que otorga premios, como la Lámpara Minera, que se han convertido en el más soñado objeto de deseo, tanto para los jóvenes como para profesionales de amplia trayectoria, nos encontramos entonces con un acontecimiento de referencia para aficionados que llegan de todo el mundo. Y esto ocurre con el Festival Internacional del Cante de las Minas, en La Unión, Murcia, que cumple su 57 edición, y para el que se anuncian, del 2 al 13 de agosto, artistas que fueron galardonados en su momento con la Lámpara Minera, como Mayte Martín, Juan Pinilla, Rocío Márquez o Antonia Contreras. Además, Lole Montoya, el jerezano Jesús Méndez, que acaba de publicar su disco Voz del alba, y Argentina, con su concierto La vida del artista. La danza estará representada por Ballet Flamenco de Andalucía y por la gran Manuela Carrasco, que ha recorrido los escenarios del mundo con su baile de poderoso impacto, de raíz gitana, y que es el paradigma de una forma de entender e interpretar el flamenco por medio de la improvisación y la fuerza inspiradora.