Antonio Reyes y Diego del Morao. Foto: José Lamarca
Casa Patas acoge desde este viernes el ciclo Flamenco. San Isidro 2016, en el que el cantaor y el guitarrista se alían para ofrecer su versión más esencial y desnuda. Les acompañan José de la Tomasa, Riqueni, Esperanza Fernández...
"El flamenco se percibe mejor en espacios pequeños. En un estadio, por ejemplo, la energía se diluye y se pierden muchos detalles, así que es necesario compensar esa merma utilizando una potente megafonía, efectos de luces y elementos escénicos espectaculares", dice Antonio Reyes, que participa en el ciclo y ha publicado su disco Directo en el Círculo Flamenco de Madrid, junto al reconocido guitarrista Diego del Morao, grabado efectivamente en directo y en un ámbito intimista. "Ha sido una apuesta, si no arriesgada, al menos acompañada de un gesto de valentía. No sabíamos lo que iba a ocurrir en ese concierto que, después, se iba a convertir en un disco. Era la primera vez que Diego y yo hacíamos algo juntos. Él ofrece todas las garantías, lo mismo que los palmeros y jaleadores Chicharito y Diego Montoya. Pero los cuatro teníamos conciencia de que se trataba de una apasionante y hermosa aventura de la que desconocíamos el final".
Acreditados nombres del mejor cante y las más sobresalientes guitarras componen un cartel único y difícil de repetir para un brillante programa que abre Vicente Soto Sordera, hijo del insigne Manuel Soto Sordera y perteneciente a una casa de músicos gitanos originarios del jerezano barrio de Santiago. Le sigue el esperado concierto como solista de Rafael Riqueni, el guitarrista y compositor sevillano que está a punto de concluir su obra Parque de María Luisa, para continuar con un icono del cante tradicional de Jerez, Manuel Moneo, que le da paso a El Capullo y su personal lenguaje en las formas festeras; Esperanza Fernández, una de las grandes voces femeninas de hoy; Tony Maya, Antonio Campos y Paco Cortés, en una noche dedicada a la música granadina actual; Antonio Reyes y Diego del Morao, dos figuras emergentes, habituales en las programaciones de mayor reputación; el maestro José de la Tomasa, cantaor que encarna el clasicismo en su más alta expresión artística; Carmen de la Jara, personalidad representativa del cante gaditano; La Cañeta de Málaga, que con 84 años tiene la desbordante pujanza de subirse a un escenario y enardecer al público; Óscar Herrero, con un concierto de guitarra asimismo en calidad de solista, y Miguel el Rubio, que clausura el certamen. Y todos ellos acompañados por las espléndidas guitarras de Manuel Valencia, Miguel Salado, Diego Amaya, Miguel Ángel Cortés, Manuel Parrilla, Antonio Carrión, Antonio Soto y Antonio el Ingueta. "La Sala García Lorca", afirma Antonio Reyes, "ha adquirido un considerable prestigio, tanto por el público, entendido y de verdaderos aficionados, como por la originalidad de presentar el flamenco en su versión más esencial y desnuda.