Radu Lupu.
Canal Spotify de El Cultural: escuche la música de este artículoSiempre es bienvenido el pianista Radu Lupu, que actúa este martes en el Auditorio Nacional de Música Madrid y el jueves en el Auditori de Barcelona. Hace ya más de treinta años de la primera aparición en España de este artista. Sorprendieron su imagen elástica, su pobladísimo pelo, su apasionamiento, su fervorosa entrega.
Aquella interpretación del Concierto n° 4 de Beethoven con la Orquesta Nacional puso en evidencia la existencia de un talento innegable. Con el paso del tiempo, este pianista rumano, nacido en Galati en 1945, ha ido afinando su arte, midiendo sus explosiones; a la vez que su aspecto de lobo estepario se iba suavizando y que su físico se tornaba más fondón.
En contra de lo que su presencia lobuna -tan relacionada con su apellido- y sus antes excesivos movimientos podrían hacer suponer, Lupu huye del exhibicionismo gratuito y busca zonas de remanso, de tranquila y serena belleza. Lo que dota de un lirismo tan interior como intenso a algunas de sus interpretaciones.
En esta ocasión el artista nos trae un programa serio y bien equilibrado:
Preludio, coral y fuga de Franck, obra siempre sugerente a la que hay que dar una singular claridad formal; los
Cuatro impromptus de la op. 142, D 935 de Schubert, romanticismo de cristalina estructura, y el
Libro II de los
Preludios de Debussy, donde el toque poético y el sentido del
sfumato del pianista podrán quedar bien probados.