Image: Juanjo Mena

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Música

Juanjo Mena

“En Italia he encontrado seriedad”

20 marzo, 2008 01:00

F. Ruso.

Será su última temporada como director titular y artístico de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) pero su actividad con la Sinfonica della RAI de Torino (entre otras prestigiosas formaciones de Noruega, Alemania y EEUU) ponen de actualidad a este director que hoy comienza programa doble en la Semana Religiosa de Cuenca.

De Juanjo Mena (Vitoria, 1965) podrán decirse muchas cosas pero nunca que no pone entusiasmo en lo que hace. Parece que sus pasos van condicionados por una energía que no conoce ni geografías ni diferencias horarias. Italia, Estados Unidos, países nórdicos o Alemania marcan en estos momentos su futuro profesional tras el anuncio de cerrar su etapa, el próximo mes de junio, en la Sinfónica de Bilbao. Y se siente cómodo en Cuenca, rodeado por nombres como Gardiner, al que destaca como uno de los “pesos pesados” que marcarán la edición de este año.

-¿Es el programa y sus intérpretes lo que más le atrae de la Semana Religiosa de Cuenca?
-Puede ser, creo que se trata de una cita muy equilibrada, siempre lo ha sido. Atiende muy bien las distintas épocas musicales y tiene en cuenta acontecimientos como el aniversario de Messiaen. Poder escuchar en un festival obras cumbre de la música y obras de encargo del festival como un nuevo réquiem ruso o religiosas de Weil o Fernández Guerra dan idea del nivel que Cuenca está dando este año a su Semana.

Un programa variado
-En su caso, ha contribuido con dos programas muy diferentes, dos réquiem, de Britten y Verdi, ambos con la Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI de Torino. ¿Por qué ha realizado esta selección?
-Es cierto que mi contribución es muy diferente pero la considero atractiva precisamente por eso. Había una propuesta de la dirección del festival para hacer el War Requiem de Britten y su complemento con Verdi (Requiem) surgió por la idoneidad de hacerlo con una orquesta de tradición italiana como la Sinfonica della RAI que pueden sacar lo mejor de sí mismos en este repertorio. Ahí es donde ponen de manifiesto su extraordinaria calidad y su especial manera de tocar Verdi.

-La RAI de Torino, la Scala de Milán, el Carlo Fenice de Génova. Parece muy vinculado ya con Italia. ¿Le tratan mejor allí?
-En principio se trata de meras coincidencias. En el caso de la RAI lo importante es que desde hace cinco años trabajo de manera continuada con ellos y hemos establecido un trato especial y una bella amistad. Por otra parte, tanto mi trabajo en Milán como en Génova creo que se trata ya de una seña de identidad. He encontrado receptividad y seriedad. Para mí es muy importante que las orquestas quieran mejorar, que despidan energía tanto en el conjunto como en lo individual.

-¿Lo contrario que en Bilbao?
-No, en absoluto. Para mí, Bilbao ha sido una experiencia muy positiva, esencial para mi crecimiento individual y, creo, también para la orquesta. Se ha salido fuera y he prestado mucha atención al repertorio... Yo siempre he pedido el máximo para la orquesta. Ahora necesitaba mayor riqueza de proyectos, nueva energía, más apertura internacional. Creo que se trata de un cambio de ciclo.

España, Alemania, Noruega...
-¿Considera positivo para la música española el nacimiento de tantas orquestas en los últimos años?
-Eso siempre es bueno. No creo que la existencia de muchas orquestas sea negativo. Mire el caso de Alemania, donde los alumnos ya salen de la escuela leyendo música. Eso permite que haya muchas orquestas y cada una sabe estar en su ámbito y en su papel. Creo, más bien, que aquí se les debe dar el valor que merecen, especialmente desde la política y desde la educación. En España sufrimos aún las carencias de los años sesenta. Aunque el número de aficionados aumenta, todo debería funcionar mejor. Le pondré el ejemplo de la Filarmónica de Bergen, que es un auténtico reloj. Tienen otros planteamientos. Sólo tienes que preocuparte de lo qué vas a aportar tú a un engranaje tan bien preparado. Ahí percibes tu función como artista. Siento que estoy creciendo artísticamente y que tengo algo que decir.

-¿Qué le ha quedado de maestros como Bernaola o Celibidache?
-El sonido, sus variedades y su relación con todos los instrumentos. Su recuerdo se me ha quedado en el disco duro, por lo que tiene una clara influencia en lo que hago. Es algo más que tocar, es vivenciar el hecho musical. Es crear y buscar sonoridades para encontrar algo especial en la música, un trasfondo, un poso interno que es lo que te lleva directamente a la madurez.