Del Monaco, 25 años
por Gonzalo Alonso
18 octubre, 2007 02:00Hace bien poco que todos los medios rememoraban a Callas en el 30 aniversario de su fallecimiento. Casi todo debido a un directivo de una multinacional discográfica que, según se cuenta en el medio, programó reediciones y participó en sus beneficios. Sin embargo, seguro que muchos menos medios recordarán a otra gran figura a los 25 años -cifra más significativa- de su desaparición. Me refiero a Mario del Monaco, tantas veces compañero de Callas pero no sólo de ella. Pocos saben que participó en la incorporación de Renata Tebaldi a la Decca y que juntos grabarían su primer disco en ella, bajo el emblema de London Records.
Del Monaco fue el gran tenor heroico de su país no ya de su generación, sino de varias. Con una voz y un estilo muy personales, muy reconocibles, abordó los papeles más dramáticos del repertorio italiano, siendo uno de los Otellos de referencia en la historia lírica, sin que puedan olvidarse otros personajes como Canio o Chénier. Además, se atrevió con Wagner y lo compatibilizó con la ligereza de Bohème o Lucia. La crítica era entonces más dura que ahora -Celletti, por ejemplo, no comulgó con él en años- y se llevó algún buen palo, como también Callas o Tebaldi. Sin embargo, el público amaba su voz broncínea, una de las más varoniles de la historia y su forma de ser. Lo pasó mal durante años, cantando de pueblo en pueblo pero al final se permitió todos los caprichos, incluidos Rolls Royce y Steinway gran cola blanco.
Estaba yo en una representación en Verona, en la que Plácido Domingo cantaba Otello, cuando Del Monaco hizo su aparición en el patio de butacas de la Arena, posiblemente con premeditación, apenas un minuto antes de empezar la función. Al reconocerle el público, su nombre corrió como la pólvora por los veinte mil asientos y fue enorme la ovación que se le dispensó. Plácido se enteró y le pidió que acudiese a su camerino. No lo hizo. No quiso una foto que se pudiese interpretar como el traspaso de uno a otro del cetro de gran tenor dramático italiano. Sus discos son hoy el mejor testimonio de una personalidad única.