El Brodsky presenta los cuartetos de Chapí
El próximo fin de semana, Valencia y Villena (Alicante) serán testigos de la presentación de la primera grabación mundial de los Cuartetos de Chapí, registro realizado por el Cuarteto Brodsky para el sello Autor, coincidiendo con el 150 aniversario del compositor. Paralelamente, el jueves y el sábado se interpretará la integral en el Palau de la Música de la capital del Turia, mientras que el viernes se ofrecerá una selección en el Teatro que lleva su nombre en Villena, culminación del homenaje que se lleva a cabo en su ciudad natal. El ciclo es, sin duda, una de las máximas aportaciones a la historia de la música de cámara de nuestro país, ya que forma un bloque de gran importancia si pensamos en lo limitado del legado hispano durante todo el Romanticismo. A pesar de los esfuerzos de la Sociedad de Cuartetos, fundada por Jesús de Monasterio, habrá que esperar a que, una vez cruzado el siglo XX, se consoliden los Cuartetos Francés, Vela o Hierro de la mano de la recién creada Sociedad Filarmónica de Madrid, lo cual incitó a nuestros creadores a tomar partido por un modelo de escasa tradición en España.
Como Chapí, en ausencia de Albéniz, se había convertido en la gran esperanza blanca de la vida musical madrileña en el tránsito del XIX al XX, asumió la responsabilidad de liderar las tentativas de los Bretón, Emilio Serrano, Manrique de Lara o Zurrón proponiendo cuatro muestras que ofrecen algunos de los mejores momentos del post-romanticismo camerístico hispano, sobre todo los que brindan el Segundo y el Tercer cuarteto, donde llegó a sus máximas cotas la inspiración del autor de Margarita la tornera. Hay que señalar, en todo caso, que todos ellos son muestras de un gran dominio técnico y de excelente factura y que obedecen a una época en la Historia de la Música de grandes transformaciones ante las que Chapí pareció no tomar partido por ninguna aspirando a consolidar una propia, como hizo en Margarita, que después seguirían, sin ir más lejos, Conrado del Campo u óscar Esplá.
Los cuartetos de Chapí supusieron un auténtico latigazo en su momento y un elemento más en la configuración del nacionalismo musical español, y como tal fueron acogidos. Conrado del Campo señalaba del Tercero que "en él aparece menos franca y dominante que en los anteriores la influencia popular. Sin embargo, el cuarteto, personalísimo en todos sus procedimientos y melodías, es español, tan español como los anteriores". Cecilio de Roda, que fuera comisario del Conservatorio de Madrid y fundador de la Sociedad Filarmónica de la capital de España, afirmaba del Primero que "es español de pura cepa. Sin recurrir a cantos populares, escribiendo con ideas propias que personalizan su obra, ha conseguido animarla del calor de nuestra vida, y de nuestro sentimiento, empleando para ello constantemente la riqueza de ritmos y cadencias que la inmensa variedad de nuestros cantos le ofrecía". Y el crítico Manuel Manrique de Lara, uno de los más duros y respetados del periodismo español, desde su atalaya en El Mundo celebraba del segundo, estrenado por el célebre Cuarteto Checo, que "nada puede hallarse en él que halague fácilmente la sensualidad frívola; antes bien en sus ideas vibra esa fuerza latente y contenida que parece amedrentarnos ante el Moisés de Miguel ángel o ante sus decoraciones apocalípticas".