En el palacio Euskalduna
LA ABAO inicia una nueva andadura
12 diciembre, 1999 01:00El próximo sábado tendrán lugar las votaciones para la elección de la nueva junta directiva de la Asociación Bilbaína de Amigos de la ópera (ABAO), a la cual se presenta una única candidatura, encabezada por su actual presidente, Francisco de Larrakoetxea. Considerada como una de las organizaciones más eficaces en su género de nuestro país, como lo demuestra el incremento permanente de socios y el prestigio alcanzado a lo largo de sus casi cincuenta temporadas líricas, la ABAO comienza una nueva etapa de su trayectoria, con el significativo traslado del antiguo Coliseo Albia al recientemente inaugurado Palacio Euskalduna.
La ABAO, con sus actuales 6.000 miembros, es la segunda institución en número de socios de Bilbao después del Athletic y una de las demostraciones más eficaces de la capacidad de convocatoria de la sociedad civil que vive el ámbito cultural español. El traslado al Palacio Euskalduna culmina la transición habida en estos últimos años, y que ha sido controlada por la actual directiva, al frente de la cual está Francisco de Larrakoetxea. él conoce perfectamente todos los problemas, hasta los más pequeños, pero sólo interviene cuando es imprescindible. La articulación y jerarquización de la asociación hace que el papel del presidente sea muy diferente al de algunos de sus colegas de Asturias, Canarias o La Coruña, que acaban convirtiéndose en "hombres para todo". Su talante viene a ser el de responsable último, en quien recae la imagen pública de la organización así como las relaciones institucionales, lo que implica necesariamente la provisión de fondos.Larrakoetxea asegura que el mayor problema actual viene de la definitiva ubicación en el Palacio Euskalduna. "Ha sido mucho más difícil de lo que pensaba", señala a EL CULTURAL. "El gran tema pendiente es que no se acaba de comprender qué es hacer una temporada y el tiempo que necesita. Supongo que, poco a poco, iremos encontrando cada uno nuestro lugar, pero de momento la situación es bastante compleja".
El director del Palacio, Jon Ortuzar, nos señalaba en su día que "el auditorio es multifuncional. De ahí que tengan que convivir el teatro de ópera, la sede de la Sinfónica de Bilbao y las necesidades que nos exijan los congresos". Ante esto, Larracoetxea se muestra muy respetuoso, pero también crítico. "Es lógico que, si el director del Palacio tiene unas directrices, las intente llevar a cabo. Pero echamos de menos una mayor comprensión hacia lo que supone la ópera. No se puede montar, a riesgo de un infarto, un título de las exigencias de Los Hugonotes en quince días. Si se resiente el resultado artístico va en perjuicio de todos, porque nuestro público no entendería que hubiésemos pasado del Albia al Euskalduna sin unas mejoras en la escena". Con esto el presidente de la ABAO se limita a subrayar las palabras que el lehendakari Juan José Ibarretxe emitía en la presentación de la temporada, donde señalaba que "quien no haya disfrutado nunca de una ópera tiene ahora la oportunidad de hacerlo por un doble motivo. Porque puede acercarse a una de las manifestaciones culturales más arraigadas y puede hacerlo desde un escenario y con una puesta en escena singular por descubrir".
La junta directiva de la ABAO exige de las comisiones artística y escénica que, de acuerdo a los presupuestos, programen necesariamente a varios años vista para mantener la aspiración a contar con los mejores cantantes. "Los artistas con los que trabajamos son los números uno desde siempre. Como vean que en el Euskalduna no hay una disciplina y una organización similares a las del Real o la Maestranza, no vuelven".
Las cuentas claras
El Palacio Euskalduna depende de la Diputación Foral de Vizcaya. Su responsable de Cultura, Tomás Uribeetxeberría, afirmaba sobre este edificio en el Anuario de la ABAO que "el reto principal es conseguir que la demanda congresual siga fuerte durante muchos años" a la par que se aspira a "que sea un referente de la actividad musical. Lo fundamental va a ser lograr combinar ambas actividades sin que se perjudiquen mutuamente". Sin embargo, ese perjuicio, tal y como está planteada la programación, parece inevitable. Para Larrakoetxea la necesidad de rentabilizar el Palacio se yergue sobre la cabeza del director y eso le exige entrar en una dinámica terrible. Con un presupuesto procedente de las arcas públicas casi ridículo, el sistema con el que se regula el Palacio Euskalduna es muy peculiar para ser un edificio institucional: nada se cede y todo se paga. Así dentro de los mil cien millones que tiene para su funcionamiento la ABAO, el recinto le cuesta doscientos millones al año de alquiler, así como la necesidad de contratar al personal responsable, desde los acomodadores a los técnicos de escenario.
Aunque durante el equipamiento del Palacio se requirió la orientación de los directivos, las características de la escena no se han acabado de adaptar al potencial del edificio, lo que supondrá importantes gastos añadidos. Sin ir más lejos, con el reciente montaje de El oro del Rin, procedente de la ópera de Ginebra, las dificultades de adaptación fueron importantes, como también lo han sido con El barbero de Sevilla de la Maestranza. Ante esto el presidente marca un plazo de cuatro años para que todo llegue a funcionar al cien por cien.
Algunos sectores quieren ver detrás de esa inexplicable distancia de algunos medios políticos y culturales vascos, la consideración de la ABAO como una institución privada de carácter elitista. "Eso no tiene justificación. Contamos con seis mil socios, que serán ocho mil a partir de la temporada 2001/2002. Por nuestra parte vamos a dar todo tipo de facilidades porque entendemos que hay que convivir. Como nos han pedido más días libres, vamos a bajar el número de títulos a siete (en lugar de ocho), aunque aumentaremos las representaciones por título, pasando de tres a cuatro. Con ello daremos entrada a los dos mil socios que están en lista de espera". Y frente a las críticas que hablan de números opacos, Larracoetxea señala que sus cuentas están perfectamente controladas. "Todos los años se hacen auditorías que se mandan a las instituciones vascas y al Ministerio de Cultura. Como no queremos problemas, llevamos la contabilidad a pies juntillas. Desde el presidente hasta el último miembro nos pagamos nuestras entradas".
No olvidemos que el gran poder de la ABAO viene de su capacidad de convocatoria, resultado de haber mantenido el tirón en los momentos más difíciles. Sus socios proceden en la mayor parte del País Vasco, aunque se aprecia un incremento cada vez mayor de fuera. "Muchos autobuses vienen de Madrid, La Rioja, Santander, Francia… La proyección es cada vez más importante, y no se puede negar que el Palacio ha servido para incrementar la expectación".
Una organización atípica
Sosteniendo todo esto, funciona una organización muy diferente a los modelos en uso en España, dependientes en su mayor parte de instituciones públicas. De hecho, habría que buscar algo así especialmente en Estados Unidos, donde es más acusado este tipo de sociedades culturales. "Nuestro sistema es muy sencillo. Hay una absoluta confianza en la gente que conforma las diferentes comisiones, que se coordinan entre sí a través de la directora general, Ana Esteban. Cada una sabe con qué presupuesto cuenta y a él se adapta", señala satisfecho Larrakoetxea.
Ello presenta, como inconveniente, una política artística que ha sido acusada de muy conservadora. "Queremos diversificar, progresivamente, pero hay que vender las localidades. En nuestra planificación son de repertorio el primero y el último de los títulos, así como uno de la mitad. Presentamos dos estrenos y dos semi-estrenos. No es ninguna novedad que al socio hay que animarle con obras conocidas. Pero no podemos olvidar que hay gustos para todos y se demanda un cierto equilibrio". De hecho, para lo que es la tradición lírica en España, Bilbao va poco a poco moviéndose con mayor rapidez que otras ciudades. El pasado curso se estrenaba el primer Richard Strauss de su historia, Ariadna en Naxos, y en éste se ha programado El caballero de la rosa. También se ha iniciado el despegue de la Tetralogía con el mencionado Oro del Rin, muy bien acogido tanto por la crítica como por el público. "Abordaremos varias coproducciones, como la Turandot del Liceo, que abrirá una de las próximas temporadas. Nuestro mayor reto es un título ruso importante, como Boris Godunov o La Dame de Pique, que se realizaría íntegramente aquí". Sobre el repertorio español, en general, y vasco, en particular, la distancia es mayor. "De momento, quedan para el futuro"
Francisco de Larrakoetxea, empresario de profesión, compatibiliza su negocio particular con su actividad en la ABAO. Durante estos cuatro últimos años bajo su presidencia, la asociación ha vivido numerosos cambios que afectan desde su sede social hasta el lugar donde se llevan a cabo las representaciones, pasando por una más eficaz estructuración interna, lo que ha llevado al nombramiento de una directora general, Ana Esteban, quien coordina las actividades de las diferentes comisiones autónomas.