En estos tiempos de reivindicación feminista, Las asambleístas de Aristófanes resulta una pieza muy atractiva para programar. Jesús Cimarro, director del Festival de Mérida, que tiene desde hace años una vocación clara por dar más protagonismo a las mujeres, ha vuelto a recurrir a ella. Lo hace después de que, en 2015, acogiera encantado la propuesta de Juan Echanove para ponerla en pie sobre el Teatro Romano de Mérida.
Ahora le toma el relevo José Troncoso, que debuta en el imponente escenario con una nueva versión y puesta en escena de esta comedia del 392 a. de C. Aristófanes narra la rebelión de las mujeres de Atenas para tomar el control de la ciudad, tradicionalmente en manos de los hombres.
Es una trama que encaja a la perfección con algunos discursos feministas actuales, aunque, como ya apuntaba Juan Echanove en su momento, Las asambleístas no fue concebida como una reivindicación en favor del universo femenino. Decía Echanove que, en realidad, tenía un sentido machista. Venía a decir: sois tan malos gobernantes que hasta las mujeres, esos seres inferiores, lo harían mejor.
“Estoy totalmente de acuerdo con las palabras de Echanove. Eso fue lo que más nos llamó la atención cuando empezamos el trabajo. Y decidimos cambiarlo… Creo que la pieza es feminista en cuanto a la búsqueda de la justicia y la igualdad. No quiere acabar con nadie sino mostrar la realidad de estos personajes para que el público juzgue por sí solo”, afirma a El Cultural Troncoso.
“Las protagonistas son capaces de tropezar infinitas veces. De esos tropiezos se desprende la comedia”, J. Troncoso
La intención, continúa, “es descubrir cómo serían aquellas asambleístas hoy día”. Para evidenciarlas sobre las tablas, cuenta con un reparto de potente vis cómica: Gabriela Flores, Maribel Salas, Sílvia Abril, Olga Hueso, Pepa Rus y Pepa Zaragoza. Troncoso, a su versión, le añade un subtítulo: Las que tropiezan. “Estas protagonistas nuestras son capaces de tropezar infinitas veces. De esos tropiezos se desprende la comedia, pero también la reflexión. ¿Por qué siguen tropezando con los mismos errores?”, se pregunta el dramaturgo gaditano.
En su versión, como advertía, se ha tomado algunas licencias. “En el segundo acto del original las mujeres desaparecían pero nosotros hemos decidido convertirlas en las protagonistas de la historia. El camino hasta llegar a la asamblea y sus miedos no se recogía y nos parecía tan atractivo como fundamental investigarlo.
Del mismo modo, las leyes que ellas conseguían aprobar entonces no se parecían en nada a las que las mujeres de hoy necesitan modificar. Por eso hemos hecho que el texto fuese permeable a estos cambios”, aclara Troncoso, que, como Echanove, introduce los códigos de las chirigotas en su montaje. “Soy de Cádiz y eso no tiene remedio ni quiero que lo tenga. Tanto la luz como la oscuridad de ese humor forman parte de la función”.