Después de varios meses de incertidumbre (parón incluido), Cruz de Navajas saca músculo y desembarca este jueves 20 en el Teatro Arriaga de Bilbao, donde permanecerá hasta el 13 de septiembre. “No podemos definir esta iniciativa escénica como musical, obra de teatro o concierto. Bajo mi punto de vista es el espectáculo más grande sobre el grupo más grande”, sentencia Sergio Alcover, director artístico del proyecto, al inicio de su conversación con El Cultural. Tanto él como Gonzalo Pérez (creador de la idea y productor, entre otros, de Cabaret, Billy Elliot o West Side Story) querían realizar un homenaje a la banda de pop español Mecano mediante un show que no pudiera encasillarse en ninguna disciplina. “Se trata de un formato totalmente nuevo, no existe nada parecido en España ni en Europa”, asegura Pérez.
Con 330 focos, 120 canales de audio, 40.000 vatios de sonido y una inversión de más de dos millones de euros, la parte audiovisual es decisiva en la obra. “Podríamos decir que la tecnología es un personaje más. Utilizamos un sistema de pantallas led que abarca todo el escenario. Gracias a una serie de estructuras y soportes móviles podemos construir diferentes universos, situar por detrás a músicos y actores o proyectar una serie de vídeos dignos de participar en cualquier festival cinematográfico”, continúa Pérez. Sin diálogos ni trama dramática (el show se basa en la (re)interpretación de 35 de los temas más populares de la banda madrileña), otro de sus puntos fuertes reside en la calidad del elenco. “Los castings fueron la parte más complicada del proyecto. Reunimos a diez músicos, ocho cantantes y doce bailarines seleccionados en audiciones entre más de 2.000 candidatos. No elegimos a los intérpretes en función del espectáculo, al revés, los artistas hacen suya cada composición”, explica el productor.
Como cualquier función de 2020, Cruz de Navajas ha tenido que lidiar con los estragos de la crisis sanitaria: lavado de manos, uso de mascarilla durante los ensayos y pruebas PCR semanales, son algunas de las pautas en la nueva normalidad del equipo. “Te tiras varios años preparando el proyecto, inviertes una cantidad abismal de dinero, estrenas en Valencia y, cuatro días después, cierran el teatro debido a la pandemia. Fueron momentos muy caóticos, teníamos confirmados casi dos años de trabajo por España y no llegamos ni a recaudar”, se lamenta Gonzalo Pérez. Alcover, por su parte, prefiere quedarse con la parte positiva de la experiencia. “Ahora mismo los teatros son uno de los lugares más seguros en los que estar. Antes sabíamos que después de la A venía la B, esta situación nos ha vuelto más avispados. Cada comunidad autónoma funciona de una manera diferente, no nos queda más remedio que irnos adaptando”.
Casi treinta años después de la separación del grupo español más internacional (la formación liderada por los hermanos Nacho y José María Cano junto a Ana Torroja llegó a vender cerca de 25 millones de discos por todo el mundo) Cruz de Navajas tiene el difícil reto de llevar la música de Mecano a la actualidad . “Este show es un regalo para los sentidos”, explica Alcover. “Es increíble cómo una letra producida en los años 90 puede calar tanto en nuestros días. No creo que el espectáculo se dirija a un público determinado, puede poner banda sonora en la vida de cualquier persona”.