Perderse por las empedradas calles de una villa aragonesa, deleitarse con su gastronomía autóctona y acabar la jornada disfrutando de un espectáculo en mitad de una fortaleza medieval. Eso es lo que proponen hasta el 5 de septiembre los Festivales de los Castillos de Aragón, un plan más que apetecible para esta extraña temporada estival en la que la pandemia ha impulsado el turismo rural y nacional frente a los lejanos destinos vacacionales de otros veranos. “Podría decirse que el eje principal del proyecto es la revitalización del patrimonio histórico —aclara a El Cultural Toño Monzón, director de la iniciativa—. Todas las ciudadelas se sitúan en pueblecitos pertenecientes a la España vaciada; nuestro objetivo es conseguir que la cultura sirva como complemento y apoyo al turismo”. Tarea en apariencia fácil, pero que se torna complicada en un contexto de emergencia sanitaria. ”Lo que más ha primado este año han sido las medidas de prevención. Sin exagerar, nos hemos visto obligados a cambiar el programa hasta siete veces”, añade.
El ciclo cultural, que surgió en Teruel en 1987 y cuyo éxito hizo que se extendiera rápidamente a fortificaciones de Zaragoza y Huesca, pone el foco en lo nacional, en concreto, en la creación escénica aragonesa. “Tenemos un fuerte compromiso con las compañías y artistas de nuestra región”, continúa Monzón. Así, artistas emergentes como Rosin de Palo (ganadores de la última edición del Ambar ZMusic) compartirán escenario con rostros tan conocidos como Rafael Álvarez ‘El Brujo’, que presentará su adaptación teatral de la novela picaresca El lazarillo de Tormes; el ilusionista Anthony Blake, con el espectáculo Más allá de la imaginación; o la actriz María Luisa Merlo, que protagonizará Mentiras inteligentes, una comedia sobre amor, sexo y secretos matrimoniales.
Por los centenarios muros de los castillos de Sádaba, Valderrobres, Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, Albalate del Arzobispo, Mesones de Isuela y, por primera vez, del cinematográfico Loarre (escenario, entre otros, de la película de Ridley Scott El Reino de los Cielos) desfilarán diferentes montajes de música, magia, danza, teatro y humor, enmarcados en grandes protocolos de seguridad. “Cada vez que los medios hablan de rebrotes sufrimos un bajón en la venta de entradas, pero no hay por qué tener miedo: desinfección de salas, distancias, dispensadores de gel en las entradas y salidas del recinto… Hemos adaptado las medidas a los espacios y el público, además, se está comportando de manera responsable”, subraya el director.
Dirigido a una audiencia muy heterogénea (desde jóvenes turistas interesados en humoristas como Rafa Maza o espectáculos alternativos como el de Kórps hasta veteranos residentes inclinados hacia obras folklóricas como Mi corazón dice, dice, de Nacho del Río y Beatriz Bernad) el precio de las entradas oscila entre los 12 y los 15 euros y pueden adquirirse tanto en taquilla como en la propia web del festival.