César Sarachu en Intensamente azules, de Juan Mayorga
Una de las columnas fundamentales que sostenía Reikiavik era, con permiso de Daniel Albaladejo, la permanente transformación de César Sarachu, donde mostró su capacidad para hacerlo todo sobre un escenario. Juan Mayorga, que acaba de dejar su impronta en la cartelera con El mago, vuelve a contar con la polivalencia del actor vasco para subir al escenario de La Abadía, el próximo día 10, el monólogo Intensamente azules, un montaje que nace de una experiencia personal del autor de La paz perpetua (Premio Valle-Inclán 2009). "Se me rompieron mis gafas de miope y eché mano de las que uso para nadar, que son graduadas e intensamente azules...", explica a El Cultural Mayorga, que reconoce haberse fijado durante ese período en cosas que antes le pasaban desapercibidas. De todo ello dio cuenta en un texto que publicó la editorial La Uña Rota con ilustraciones de Daniel Montero Galán.Por la puesta en escena pasará su familia, el Rey de España y sus guardaespaldas, la presidenta de la comunidad de vecinos, una monja que finge una cojera, profesores de secundaria en excedencia que leen a Schopenhauer... "Es una obra sobre la imaginación en la que se desafía a los espectadores. Intento suscitar envidia de libertad. Todo es un juego. Desde el principio hasta el final. Puede decirse que la obra está vinculada a los surrealistas pero también a Cervantes y Calderón. Me refiero a la Cueva de Montesinos y a la gruta de Segismundo", puntualiza Mayorga, que el próximo semestre llevará El chico de la última fila a la Sala Beckett de Barcelona y al Piccolo de Milán, y El cartógrafo y Fedra al San Martín de Buenos Aires.
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