Paul McCartney sobre el escenario
La gira One on One de Paul McCartney (Liverpool, 1943) llega este jueves a Madrid de la mano de Live Nation, el buque insignia de Pino Sagliocco (tan osado como el legendario Francisco Bermúdez que trajo a los Beatles a España en 1965). McCartney, que aún celebra los 50 años de aquella tímida visita con John, Ringo y George, se presenta ahora a lo grande. Viene decidido a emular a sus compañeros de generación y demostrar que puede llenar grandes estadios como el Vicente Calderón, preparado ya para escuchar el monumental repertorio creado al calor de la mítica banda de Liverpool y de su carrera con Fab Four y Wings, formación esta última surgida en 1971 de las cenizas aún calientes de los Beatles y en la que embarcó a su mujer Linda.McCartney, de natural soso, no se consumirá corriendo por el escenario invocando al diablo ni le veremos haciendo el baile del pato en las puertas de Tannhäuser pero el bueno de Paul trae un repertorio de oro puro. Sí, repertorio. Eso nadie puede arrebatárselo. Como podría ser su despedida -¿definitiva?- de los encuentros multitudinarios soltará su mejor artillería. La más nostálgica, la mítica, la legendaria, la que quiere oír el respetable de su voz, unas canciones en su mayoría patrimonio de la humanidad que condensan lo más parecido a la perfección compositiva. Como Love Me Do (1963), Hey Jude (1968) o A Hard Day's Night (1964), ésta última auténtico estandarte de la gira, que no tocaba prácticamente desde la separación del cuarteto de Liverpool, que la desempolva ahora para la ocasión y que da nombre también a una de las películas pioneras del cine musical. Dejamos a los exégetas beatlemaníacos desentrañar la trascendencia de este rescate.
Especial atención habrá que tener en esta comparecencia madrileña a los homenajes explícitos o soterrados a Linda McCartney, George Harrison, John Lennon y Georges Martin, productor éste último desaparecido el pasado mes de marzo que fue el sumo sacerdote de un templo llamado Abbey Road. Su intuición y su magia en el estudio transformó un grupo de talento y de fenómeno fan en una banda sofisticada y de culto. Junto a Martin, los Beatles provocaron la tormenta perfecta que abriría el camino de la modernidad musical.
Así pues, McCartney descenderá de su Olimpo este jueves en el Vicente Calderón para partir después a Múnich, donde estará el 10 de junio. No lo hará solo. Estará acompañado -variaciones mediante- de habituales como Paul Wickens (teclados), Brian Ray (cuerdas varias), Rusty Anderson (guitarra) y Abe Laboriel Jr (batería). Veremos a un mito de la música contemporánea reconciliarse consigo mismo. Sin inmolaciones ni excesos. Sólo McCartney y su repertorio. Ese patrimonio de la humanidad.
@ecolote