Emilio Gutiérrez Caba, Lucía Jiménez, Marcial Álvarez y Ángela Molina en César y Cleopatra.
Magüi Mira estrena en Mérida un texto de Emilio Hernández que aborda la turbulenta relación del dictador romano y la última reina del Antiguo Egipto, con Ángela Molina, Emilio Gutiérrez Caba, Marcial Álvarez y Lucía Jiménez.
La obra enfrenta a los Julio César y Cleopatra reales, enmarcados en su tiempo histórico, con los personajes inmortales que son hoy y que, dos mil años después, vuelven la vista atrás y se asombran (se indignan) del devenir, decepcionante para ellos, de la Historia.
Este "combate a cuatro" cuenta con la veteranía de Emilio Gutiérrez Caba y Ángela Molina, que encarnan las versiones "inmortales" de los personajes, mientras que los jóvenes e históricos Julio César y Cleopatra son interpretados por Marcial Álvarez y Lucía Jiménez, que han trabajado anteriormente a las órdenes de Magüi Mira. De hecho, Álvarez lo hizo el año pasado en Pluto, también en el Festival de Mérida.
La directora ha vuelto este año al mismo teatro romano por deseo del responsable del festival y productor Jesús Cimarro. Para Mira, es el empresario teatral perfecto: "En nuestra obra, Julio César cree que las abreviaturas a. de J.C. y d. de J.C. significan antes y después de Julio César, en vez de Jesucristo. Yo digo que en el panorama teatral significan antes y después de Jesús Cimarro".
Magüi Mira en el teatro romano de Mérida. Foto: Jero Morales.
La relación del general y dictador romano con la última reina del Antiguo Egipto se inició en medio de la disputa que ésta mantenía con su hermano y esposo Ptolomeo XIII por el gobierno del país. En aquellos años, el Imperio Romano tenía mucho interés en convertir Egipto en una provincia romana más y solía intervenir en su política interior. Según las crónicas de la época, Cleopatra enamoró a Julio César, que se convirtió en su amante y protector y se estableció con ella en Alejandría, donde la pareja venció a las tropas de Ptolomeo. Poco después tuvieron un hijo, Ptolomeo XV, apodado Cesarión, y se trasladaron a Roma. Tras el asesinato de Julio César en los idus de marzo del año 44 a.C., Cleopatra, que nunca fue aceptada por el pueblo romano, regresó a Egipto.En César y Cleopatra, "como nos pasa a todos cuando miramos atrás", los personajes evalúan sus aciertos y sus errores, sus méritos y sus culpas. Pasados dos milenios, el dolor se disipa y algunos recuerdos trágicos se vuelven cómicos. Otros conservan intacto todo el dramatismo, incluso en "el limbo de la eternidad", explica la directora. "Hay mucho humor y también momentos de gran crudeza. Y, sobre todo, una reflexión muy interesante sobre la condición perecedera del poder". Cleopatra y César construyeron un capítulo de la Historia, pero todos sus logros se desvanecieron con el tiempo.
Con la puesta en escena, Mira ha querido plasmar todas esas reflexiones "de la manera más física posible", explica. Para eso ha contado con la música original de David San José, coreografías de Emilio Castejón y "cuatro actores en estado de gracia". La directora nos asegura que el resultado de todo ello es "un espectáculo muy minimalista pero con mucha potencia, en la que todos los medios están al servicio del texto y los actores".
Aunque la cultura popular está llena de obras en las que aparecen Cleopatra y Julio César, asegura Mira que el romance entre ellos "ha sido poco contado desde la ficción", a pesar de su enorme atractivo. "Es una historia de fusión total, de pasión física y objetivos comunes como líderes políticos", afirma la directora. Una de las obras más conocidas que han tratado la relación entre ambos líderes fascinantes es César y Cleopatra, de George Bernard Shaw, estrenada por primera vez en Newcastle en 1899. No obstante, la directora asegura que ellos han partido de cero para levantar la suya, salvo algunas influencias inevitables como la ópera Julio César en Egipto, de Händel, y mucha documentación que garantiza el rigor histórico.
Magüi Mira interpretó a Cleopatra en 1997 a la dirección de José Carlos Plaza y el personaje ya nunca abandonó su pensamiento. "Es uno de esos personajes femeninos que marcan la involución posterior de la mujer. Ahora las mujeres libramos una intifada silenciosa hasta recuperar poco a poco nuestro lugar en el mundo, pero Cleopatra demuestra que en un pasado lejano, en algunos lugares como el Egipto antiguo, la situación de la mujer fue infinitamente mejor de como fue en los siglos posteriores. Cleopatra fue una mujer culta, instruida en las artes y las ciencias, que hablaba 9 idiomas a los 20 años, preparadísima para gobernar, y fíjate dónde está hoy Egipto".
@FDQuijano