Gregory Porter.
El cantante y compositor norteamericano es la nueva referencia vocal del jazz y la música soul. Con su último disco bajo el brazo, 'Be Good', visitará este mes de julio los escenarios de Alicante, Las Palmas, Tenerife, Almuñécar, Cartagena, San Sebastián y Santiago de Compostela para ratificar su hegemonía musical en Europa, donde ya se ha encaramado al 'número uno'. El Cultural ha hablado con Gregory Porter, con el que celebramos hoy el Día Mundial de la Música, y seleccionamos las mejores citas del verano.
"Es un cantante fantástico", ha dicho de él Wynton Marsalis, mientras que el público le da la razón al trompetista situando sus discos en los primeros puestos de todas las listas de ventas discográficas. Efectivamente, Gregory Porter ostenta actualmente el honor de ser el vocalista de jazz más escuchado y seguido por los estadounidenses, que desde el lanzamiento de su primer disco, Water (2010), han colocado en él buena parte de las esperanzas de la música negra del mañana. Y de Estados Unidos a Europa, vía Reino Unido, donde el tema Real good hands de su álbum Be Good se posicionó en el número uno en iTunes y Amazon.
Este mes, además de las localidades españolas, el cantante actuará en citas de jazz europeas tan prestigiosas como las de Perugia y Montreaux, para luego atender compromisos en su país tan importantes como el Festival de Jazz de Newport. Todo ello sirve para subrayar el protagonismo que Porter está alcanzando en la comunidad jazzística, de la que ya forma parte como figura cardinal de su actual respiración vocal.
En su biografía se descubren todas las huellas sonoras del género, no en vano el artista afirma que en su casa siempre se ha escuchado "gospel y rhtythm & blues, pero también a Michael Jackson o a Steve Wonder", cuenta a El Cultural. Fue su madre una de las primeras personas que le reconociera talento en la voz: "Recuerdo que de crío me dijo que cantaba como Nat King Cole y yo le decía: ‘¿Y quién es ése?'. Luego escuché sus discos, y los de otros grandes artistas, como Roberta Black, Donny Hathaway, Curtis Mayfield, Al Green... Así empecé a sentir el poder de la música".
Inspiración cotidiana
La expectación que han suscitado sus dos primeros registros, ambos con una nominación a los Grammy, ha sido corroborada por medios tan relevantes como Jazz Times y All About Jazz, que no dudan en señalarle como el cantante del mañana. Aun así, el artista afronta su futuro inmediato con la misma naturalidad que ayer. "En Be Good he trabajado una vez más con mi trío [Crawford Chip, piano; Aaron james, contrabajo, y Emmanuel Harold, batería], con el que tengo una especial complicidad. Las canciones nacen a partir de temas que me mueven y me tocan, como el amor verdadero, la maldad, sucesos cotidianos... Luego sale la melodía, la canción, pero todo de manera muy orgánica. De ahí que siempre tenga a mano un papel o una grabadora, para atrapar ese momento de inspiración".En el medio de su corta aunque intensa carrera profesional, Porter también registró un éxito sobresaliente a su paso por Broadway, al formar parte del elenco del musical It Ain't Nothin' but The Blues, que logró cuatro nominaciones a los Tony. Su faceta de compositor es otro de los grandes avales artísticos, un valor añadido del que muy pocos vocalistas pueden presumir y una circunstancia que amplifica su pasión por esta música, a la que semanalmente acostumbra a entregarse en el club Smoke de Nueva York, donde vive. "La libertad es lo que más me atrae del jazz, es la única música donde no puedes repetirte. Luego la comunicación y sinergia que se establece entre los instrumentos es algo que también me genera muchas satisfacciones creativas, ya que cuando canto mi voz se convierte en un instrumento más. No interpreto, ejecuto".
El directo, la gran verdad de un músico, es otro de sus estímulos: "La comunicación con el público es pura magia. Nunca preparo un listado inicial de canciones, sino que nos dejamos llevar por el momento, por las sensaciones que tiene el público y las nuestras propias. Podemos cambiar el repertorio sobre la marcha, ajustarlo a las emociones que se respiran en la sala, por lo que siempre hay un espacio para la improvisación. Cada público es diferente y especial, tiene su propia personalidad. Por eso prefiero los clubes, los locales pequeños, donde todo se hace más auténtico".
Porter se suma a una lista privilegiada de cantantes que bien podría liderar Kurt Elling, al que le unen algunas semejanzas en la manera de cantar. También descubre ciertas afinidades con Wynton Marsalis, con quien ha actuado en diversas ocasiones, junto a la Lincoln Center Jazz Orchestra: "La sensación de estar cantando con tantos maestros detrás es impagable. Agradezco los elogios de Wynton, un músico increíble y excepcional".
¿Y mañana? "No me gusta anticipar, voy tocando y creando sobre el momento y a partir de las situaciones que me tocan y me mueven. Lo que me interesa ahora mismo es seguir haciendo música que golpee el corazón del público, que les aporte una emoción y una experiencia musical que les marque".