Cuando los hermanos Anthony y Joe Russo (Cleveland, Ohio, Estados Unidos, 1970) empezaron de veinteañeros en el audiovisual, un director consagrado los tomó bajo su ala y les dio un consejo que venía practicando en su carrera: “una para ellos, una para ti”. Aquel mentor era Steven Soderbergh y el tándem fraternal y creativo ha hecho propio el lema y alternado los proyectos bombásticos para grandes productoras con propuestas más experimentales y personales.
Con una nómina de taquillazos para el universo Marvel que engloba Capitán América: El Soldado de invierno (2014), Capitán América: Civil War (2016), Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019), los Russo se han convertido en los creadores de Hollywood más influyentes y cotizados de la actualidad, lo que les ha permitido poner en marcha su propia productora, AGBO, donde se permiten mayor experimentación y libertades creativas. Entre sus hitos, el espaldarazo a Todo a la vez en todas partes (Daniel Scheinert y Daniel Kwan, 2023).
Su próximo proyecto es la trama de espionaje global Citadel, donde participan como productores ejecutivos. La serie de Prime Video es un ambicioso proyecto con aspiración de franquicia con una trama troncal cuyos dos primeros capítulos se estrenan este 28 de abril, y spinoffs, por ahora, en Italia y la India, donde se irán relatando historias interconectadas.
Anthony argumenta que este proyecto les ha sacado de su zona de confort, por ser una colaboración en la que han incorporado a artistas de todo el mundo en un esfuerzo común para crear algo nuevo. “Es bueno estar en un lugar donde te sientes inseguro y un poco asustado. Cuando tienes un poco de miedo y te enfrentas a lo desconocido, estás en un punto dulce creativamente”. Joe atendió a El Cultural para ahondar en este nuevo ambicioso reto logístico adscrito al género del thriller trotamundos.
Pregunta. ¿Por qué cree que las nuevas generaciones están más interesadas en la narración seriada que en películas de dos horas?
Respuesta. Creo que porque son más inmersivos y porque consumen mucho contenido. Si recuerda, cuando éramos niños, una película de dos horas era un evento, porque solo podías verla en el cine por un cierto número de semanas y después, ya no la verías durante años una vez la quitaban de la cartelera. Ahora, en cambio, la disponibilidad de los contenidos es diferente. Ya no tenemos una cita con la televisión entre las 8 y las 10 o las 11 de la noche para seguir una serie, de la que, en caso de perderte un capítulo, no lo recuperarás. Todo eso ha desaparecido y ahora, la audiencia consume tantas narrativas que están clamando por el aspecto más inmersivo de las mismas.
»Hoy día, los espectadores tienen un doctorado en narración de historias, por lo que pueden diseccionar nuestras propuestas en apenas 10 minutos. Por lo general, tienen una comprensión rápida de hacia dónde irá cada narrativa, porque son formas cerradas. Lo más probable es que una película comercial termine de manera optimista, mientras que una de arte y ensayo lo hará de forma neutral o pesimista. En contraste, lo bueno de una narración seriada es que habrá muchas más sorpresas, muchos más giros y el público perdonará más a los personajes complicados en una trama larga —Breaking Bad, por ejemplo— que en una película de dos horas.
P. Su hermano y usted dirigieron la segunda película más taquillera de la historia,
Vengadores: Endgame; El agente invisible (2022) fue el título más caro de Netflix y Citadel es el segundo más costoso en Prime Video. ¿Se sienten cómodos en los superlativos?
R. Es justo señalar que se informó incorrectamente sobre el presupuesto de Citadel, y te garantizo que cada propuesta de las franquicias de Marvel y de Star Wars es más cara que esta. Dicho esto, valoramos la ambición. Nos gusta contar historias ambiciosas, proponer grandes cambios. No somos narradores temerosos, sino personas que no tienen miedo a dar grandes golpes de timón. De hecho, es lo que nos hace levantarnos de la cama cada mañana.
»Quiero tratar de hacer cosas que sean diferentes, que tengan una gran escala y puedan llegar a personas de todo el mundo. La narración de historias es uno de los últimos elementos vinculantes que nos queda a la humanidad. Personas de todo el mundo pueden disfrutar y conversar juntas de un mismo relato sin importar cuál sea su orientación política ni su color de su piel. Por eso me gusta contar historias que lleguen y atraigan a la mayor cantidad de público.
P. A ese respecto, Citadel propone un más difícil todavía, la experimentación de una nueva estrategia con una serie troncal y subtramas desarrolladas en esquejes locales. ¿Qué ha llevado a la distribución digital a ayudar a una mayor diversidad de acentos que el propio Hollywood?
R. A través de esta propuesta, la idea detrás del audiovisual como espectáculo va un paso más allá, porque ahora estamos empoderando a los artistas regionales para que cuenten sus propias historias en su propio idioma. Tras Citadel hay un noble esfuerzo de dar oportunidades en varios mercados locales para que cuenten historias a una escala a la que no han tenido la oportunidad con el apoyo nuestro, de Prime Video y la guía creativa de David Weil para ayudarlos.
P. Me ha llamado la atención que el rodaje en España fuera en mi ciudad, Valencia, y en Cáceres. ¿Por qué eligieron estas localizaciones poco comunes en el audiovisual?
R. En parte es porque queríamos filmar en territorios diferentes de España, donde no se hubiera rodado mucho antes. En una propuesta del género de espías, una agencia de espías global ha de tener un componente de registro de viaje en el que deseas entregarle a la audiencia ubicaciones exóticas. Y en el caso concreto de Valencia, las Fallas nos resultaron un telón de fondo muy atractivo desde el punto de vista visual.
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P. La compañía que fundó junto a su hermano, AGBO, produjo la gran triunfadora de los Óscar este año, Todo a la vez en todas partes. ¿Qué nos dicen los siete premios logrados de la inclinación de Hollywood hacia narrativas más experimentales y osadas?
R. El valor de los Óscar en este momento es, sin duda, defender películas como Todo a la vez en todas partes para llamar la atención sobre ellas y elogiar la experimentación y la diversidad. Esta es una historia increíble basada en la experiencia personal de Daniel Kwan, que junto a Daniel Scheinart, se sirvió de su propia vida para crear una historia construida con intensas dosis de absurdo y emoción. Lo fascinante es que se trata de una película de acción, pero en la que se usó el género fantástico como vehículo de una manera tan explosiva que resonó en el público. Ambos directores imprimieron su propia huella digital individual como artistas a un género tradicional, superponiendo al conjunto una intensa experimentación sin dejar de lado el corazón y el alma.