Isabel Herguera: “Si Putin y Zelenski fueran mujeres no hubiéramos llegado a un conflicto tan sangriento”
La cineasta donostiarra estrena 'El sueño de la sultana', un filme de animación que plantea "un mundo al revés” utópico y feminista.
19 noviembre, 2023 02:34Puede decirse que la pasión de la artista visual y animadora Isabel Herguera (San Sebastián, 1961) por la India forma parte de su propio ADN. Durante décadas ha estado viajando de Europa al inmenso país asiático en una simbiosis cultural que ha marcado toda su obra. El sueño de la sultana, presentada en Sección Oficial en el último Festival de San Sebastián, viene a ser una “suma poética” de esa devoción por la cultura e imaginario indio en un cuento de fuerte sabor feminista.
Narra el viaje iniciático de Inés, una joven vasca un tanto desnortada que tras la ruptura con su pareja se topa en una librería con El sueño de la sultana, un cuento escrito en 1905 por la escritora bengalí Begum Rockeya. En esa historia, Rockeya imagina un mundo gobernado solo por mujeres donde los hombres son marginados en el que reina la concordia, el progreso y la solidaridad.
Un “mundo al revés” utópico (que también plantea Barbie aunque con conclusiones distintas) en el que Inés encuentra consuelo a sus angustias espirituales. Al final, como nos cuenta Herguera, no llegará a Itaca porque estamos lejos de ella en un mundo machista, pero ese “país gobernado por las mujeres” acaba siendo un lugar emocional que la protagonista encontrará en la sororidad de los diferentes personajes femeninos que encuentra por el camino. La película, visualmente muy bella, también nos plantea una metáfora sobre el poder de los sueños y la creación para transformar la realidad.
Pregunta. Desde novelas como El filo de la navaja de Somerset Maugham a los Beatles, la India siempre ha sido lugar de refugio espiritual. ¿Quería contar sobre todo un viaje iniciático de sanación espiritual de la protagonista?
Respuesta. Es un viaje iniciático donde hay varias cosas: la cuestión de los sueños, de la mujer, del género, el problema de la seguridad… es un viaje a varios niveles. Hay espiritualidad, sí, pero sin necesidad de recurrir a una necesidad religiosa.
P. ¿Cuál ha sido su relación con la India?
R. Llevo muchos años yendo y viniendo a la India, he realizado varios cortos parcialmente producidos en la India… La India para mí ha sido como una segunda casa. Sentía una fascinación por ese lugar desde siempre aunque no hablo con el idioma, y en cuanto llegué lo sentí como algo muy familiar, muy confortable, como si estuviera en casa. Este cuento de El sueño de la sultana lo descubrí durante el tiempo que pasé en la India. Por eso quise incorporar a la película a artistas locales como esas mujeres que hacen tatuajes temporales (llamados Mehndi) o el animador Upamanyu Bhattacharvva. Me he apoyado mucho en el tiempo que pasé allí.
P. En la película crea ese universo tan sugerente orientalista con diversas técnicas. ¿Nos lo puede explicar?
R. Es un universo que se ha generado durante muchos años y con mucha gente distinta. Esta película es un gran trabajo en equipo. Vemos tres historias que discurren paralelamente el “país de las mujeres·, la vida de Rockeya, la escritora de El sueño de la sultana, y el viaje iniciático de la donostiarra. Son tres técnicas para poderlo también separar en equipos de trabajo.
«El “país de las mujeres”, está confeccionando con técnicas de tatuaje temporal utilizando exclusivamente la “henna”, algo que simbólicamente funcionaba muy bien. La parte de la vida de Rockeya se inspira en el “teatro de sombras”, y el viaje iniciativo de la protagonista se realiza con acuarelas en 2D inspiradas en mis propios cuadernos. Es la parte más extensa y se hizo con un equipo más grande, en los estudios Glow de Extremadura. Los fondos los ha hecho un artista de Valencia, Ángel Peris, que acaba de hacer un máster en China de pintura con pigmentos y papel. Me he rodeado de un equipo de gente maravillosa».
P. En la película plantea la utopía de un país dominado por las mujeres en el que los hombres viven encerrados. ¿De verdad nos quiere encerrar?
R. ¡Ojalá! ¿Por qué no probar esto? Algunas veces pienso, que si estuvieran las mujeres en el poder, en vez de Putin y Zelenski, nunca hubiéramos llegado a un enfrentamiento tan sangriento. Me encantaría ver que podría ocurrir si todo cambia. Hay un momento del “sueño de la sultana” en el que hemos hecho un pequeño cambio, en el original las mujeres luchan contra los hombres y se quemaba a los hombres con potentísimos rayos del sol. Aquí nos dijimos que deben reaccionar de una manera distinta, y expulsan a los hombres con ondas sonoras. ¿Por qué no probar un mundo al revés? Vamos a darle la vuelta, a ver qué pasa.
P. Barbie plantea también un mundo gobernado solo por mujeres. ¿Qué le ha parecido la película?
P. ¡No la he visto! Pero sí he leído sobre ella y creo que hay algo parecido. En esa época no había muñecos masculinos, solo había muñecas, las propias Barbie o las Nancies Es otra manera de verlo.
P. ¿Cuál es el papel metafórico de los sueños en la película?
R. La protagonista se siente segura porque es capaz de soñar, es una herramienta de transformación, porque los sueños tienen la fuerza de transformar las cosas. Al principio dice que es incapaz de soñar pero cuando se encuentra con Paul Preciado (hace un cameo en el filme), se atreve a imaginar que puede haber un mundo diferente. La madre, postrada en la silla de ruedas, tiene los pies más en la tierra porque no se le ha permitido imaginar tanto. El padre, en cambio, es el productor, es el soñador, “está y no está” presente. La madre ante el abandono del padre, le dice que tenga cuidado con los soñadores. Todos los cambios dan miedo, por eso mismo son necesarios.
P. ¿Cree que la situación de la mujer ha mejorado desde ese 1905 en el que Rockeya escribió su historia?
R. Optimista tengo que ser pero también piensa que escribió esta historia en 1905 y seguimos pensando que no hemos avanzado. Es evidente que hay cosas que hemos avanzado, hay leyes que nos apoyan, pero no hemos avanzado tanto a nivel de tradiciones. Sigue existiendo ese conformarnos cultural y socialmente con un modelo y un rol, aunque en estos momentos se esta notando que la gente es más consciente de ello. Ojalá en 20 o 30 años no tengamos que hablar de esto y la igualdad será algo natural.
P. ¿Acaba encontrando la paz Inés en la amistad con otras mujeres?
R. No encuentra el lugar donde echan a los hombres pero sí encuentra la solidaridad con otras mujeres, eso también es parte de ese sueño. Se cobija en ese lugar en el que se siente en paz, como en un mundo, donde está en paz con su propio sueño porque ha encontrado esas mujeres con las que poder hacer ese camino.