Terence Davies falleció este sábado en su casa de Mistley (Essex, Inglaterra) después de una breve enfermedad que no se había hecho pública. Aclamado por películas como Benediction y The Deep Blue Sea, el cineasta también se desempeñó en la interpretación y en la escritura de guiones y novelas. Su vida personal resuena en prácticamente todas sus obras, que abordan su infancia en el Liverpool posterior a la II Guerra Mundial y su homosexualidad, de la que fue consciente muy pronto.
Nacido el 10 de noviembre de 1945 en Kensington (Liverpool), fue criado en una familia de clase trabajadora y fuerte arraigo católico, aunque él se consideró ateo hasta el final de sus días. Fue el menor de diez hermanos y abandonó el colegio con 16 años. Trabajó en una oficina de transporte naviero hasta que se marchó a estudiar interpretación a la Coventry Drama School en 1972, donde escribió su primer corto autobiográfico, Children, en 1976, que a la postre sería el primer título de una futura trilogía.
La Escuela Nacional de Cine sería su siguiente destino. Decidido a dedicarse al oficio, emprendió la escritura de Madonna and Child (1980), segundo trabajo de la citada trilogía. A través de su alter ego Robert Tucker, evocaba sus años como trabajador en Liverpool.
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Solo tres años más tarde, en 1983, completaría su trilogía autobiográfica —The Terence Davies Trilogy— con Death and Transfiguration, película en la que imaginó cómo sería su muerte. Las tres cintas comparecieron en varios festivales de Europa y Estados Unidos cosechando numerosos reconocimientos.
La filmografía de Davies es breve, pero cuenta con títulos de envergadura, siempre a vueltas con la familia, la infancia y su condición sexual. Voces distantes y El largo día acaba, también películas autobiográficas, están ambientadas en los años 40 y 50 en Liverpool, mientras que La biblia de neón y La casa de la alegría resultan adaptaciones de las novelas de John Kennedy Toole y Edith Wharton, respectivamente. Concretamente, El largo día acaba es una suerte de ajuste de cuentas con su padre, un hombre autoritario que maltrató a su madre y a sus hermanos.
Su primer documental llegaría un año más tarde. Se trata de Of Time and the City y fue estrenado fuera de competición en el Festival de Cannes de 2008, pero el éxito llegó con la película The Deep Blue Sea, en 2011, un drama romántico ambientado en la posguerra en Londres que formó parte de la sección oficial en el Festival de San Sebastián y fue protagonizado por Rachel Weisz, nominada al Globo de Oro, y Tom Hiddleston.
En Sunset Song, de 2015, Davis tuvo muchos problemas para iniciar el rodaje, pero el proyecto, que había sido cancelado por falta de inversores, finalmente vio la luz. Davis destacó por un carácter reacio de para transigir con las normas del sistema, pero si no rodó más películas fue, fundamentalmente, debido a la falta de financiación.
['Benediction', mejor película internacional de 2022 para los críticos de El Cultural]
Benediction, de 2021, es su último trabajo. Fue elegida como la segunda mejor película internacional de 2022 por los críticos de esta revista, que la catalogaron como "un biopic subversivo". Ganadora del mejor guion en San Sebastián, recoge los principales hitos de la vida del poeta británico homosexual Siegfried Sassoon, desde la traumática experiencia en la Primera Guerra Mundial a sus relaciones sentimentales con artistas como Wilfred Owen o Ivor Novello. "El director hilvana cada escena con una estilizada caligrafía, con ambición lírica e imágenes de una elegancia sublime", señalaron los críticos.
Davis participó también en trabajos televisivos, escribió la novela Hallelujah now y produjo dos trabajos para la radio: A Walk To The Paradise Garden, una pieza teatral emitida en BBC Radio 3 en 2001, y una adaptación en dos partes de la obra de Virginia Woolf The Waves, emitida en BBC Radio 4 en septiembre de 2007. También en el ámbito del teatro, Davies dirigió la obra Tío Vania en el Wyndham's Theatre de Londres en 2013.
El estilo de Davies ha sido comparado con Ingmar Bergman por su tendencia a lo poético, lo místico y lo autobiográfico. En su vida personal, se declaró abiertamente homosexual. Cuando fue entrevistado por El Cultural con motivo de la promoción de Benediction, aseguró que “la pasión y el humor son imprescindibles para poder vivir”. Además, dejó una frase que ahora, tras su muerte, resulta aún más inquietante que entonces: “El cine siempre está en presente, pero ¿qué ocurre cuando cortas y vas al pasado o al futuro? ¿Dónde está el tiempo?”