Un fotograma del reportaje 'Romper el silencio' (Movistar Plus, 2021) en el que el exseleccionador Ignacio Quereda tira de la oreja a una jugadora

Un fotograma del reportaje 'Romper el silencio' (Movistar Plus, 2021) en el que el exseleccionador Ignacio Quereda tira de la oreja a una jugadora

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"Tú lo que necesitas es un macho": la lucha del fútbol femenino entre vejaciones, motines y conquistas

El reportaje de Movistar + 'Romper el silencio' desvela las humillaciones del exseleccionador Ignacio Quereda hacia las jugadoras que tuvo a su cargo.

27 agosto, 2023 01:57

De no haber sido por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, el comunicado de "las 15 rebeldes" sólo unos meses antes de la celebración del Mundial en Australia habría sido olvidado. O, al menos, el mensaje se hubiera disuelto progresivamente, bien por los que maliciosamente han celebrado que algunas de las que se plantaron ante la Federación Española de Fútbol no participaran del tremendo hito que ha supuesto levantar la Copa del Mundo, bien porque la propia victoria habría opacado la naturaleza de aquel mail beligerante.

Pero Rubiales besó a Hermoso en la ceremonia de entrega del trofeo, celebrada en el Estadio Olímpico de Sidney (Australia) el pasado 20 de agosto. El "piquito", en efecto, ha desdibujado la celebración y, en consecuencia, empaña el descomunal éxito de la selección, pero también ha abierto definitivamente la Caja de Pandora de una Federación que ahora se ve obligada a rendir cuentas con la historia del fútbol femenino en nuestro país. Rubiales, suspendido por la FIFA como presidente de la institución después de que este viernes se negara a dimitir ante la Asamblea, es la punta del iceberg, pero jamás imaginó que un bloque tuviera tanta fuerza.

Los antecedentes inmediatos, decíamos, se remontan a septiembre de 2022. Hasta quince futbolistas, entre las que se encontraban las campeonas del mundo Aitana Bonmatí, Ona Batlle y Mariona CaldenteyJenni Hermoso y Alexia Putellas, doble Balón de Oro, no firmaron, pero manifestaron el apoyo a sus compañeras—, renunciaron a ser convocadas para jugar con la selección hasta que no se atendieran sus reclamaciones, que aludían a "cambios" en las estructuras ante lo que consideraban "una mala gestión". 

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El episodio es, ahora, conocido por casi todos. Lo que muy pocos sabían es que este motín no era el primero en la historia de la selección española de fútbol femenino. Movistar Plus, oportunamente, ha rescatado el reportaje Romper el silencio (2021), pieza incluida en la serie Informe + —continuación del mítico Informe Robinson— que recoge testimonios de las principales protagonistas. Más allá del interés que suscita el relato de las conquistas logradas —mejoras en las condiciones económicas, evolución en materia de derechos, etc.— y el irregular periplo de la selección en competiciones internacionales, Romper el silencio presenta un claro antagonista. Se trata de Ignacio Quereda, seleccionador femenino durante veintisiete años hasta que, en 2015, fue sustituido por Jorge Vilda.

Cuenta María Teresa Andreu, presidenta del comité de fútbol femenino de la Federación Española entre 1981 y 1999, que la llegada de Ángel María Villar a la presidencia en 1988 supuso un punto de inflexión. El seleccionador elegido para hacerse cargo del equipo femenino fue Quereda, y al principio, según reconoce Andreu, resultó determinante en las cuestiones de "ámbito organizativo". El problema era el trato con las futbolistas. Una de ellas, Mar Prieto, lo define como "un déspota". Roser Serra, por su parte, confiesa que entonces no era consciente del maltrato psicológico. Frases como "A ver si te cuidas, que estás gorda…" habrían sido algunas de sus perlas.

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"Le gustaba humillar a la gente", puntualiza Andreu, mientras que Vicky Losada asegura que “lo tenían miedo, no querían cruzárselo”. La primera futbolista en marcar un gol con España en un Mundial (Canadá, 2015) alude a su carácter controlador: en las concentraciones, se inmiscuía en las habitaciones de las jugadoras, revisaba las bolsas cuando venían de compras... Precisamente antes de la cita mundialista, la primera de España en su historia, Quereda anuló todas las entrevistas que Losada tenía pactadas. Cuando cayeron eliminadas, la culpó de un error y dijo que siempre sería "una jugadora mediocre que no llegaría a nada".

Amén de los desgarradores testimonios, las imágenes de archivo de Romper el silencio también resultan estremecedoras. Por un lado, gritos, desprecios, golpes en la cabeza, tirones de oreja, pellizcos en las mejillas... Por otro, el paternalismo con el que se refiere a sus pupilas: las niñas, las chavalitas, las pitufas... y a las catalanas, además, "polacas".

Un fotograma del reportaje 'Romper el silencio' (Movistar Plus, 2021) en el que el exseleccionador Ignacio Quereda pellizca las mejillas de una jugadora

Un fotograma del reportaje 'Romper el silencio' (Movistar Plus, 2021) en el que el exseleccionador Ignacio Quereda pellizca las mejillas de una jugadora

Quereda también habría manifestado, en numerosas ocasiones, actitudes homófobas, una realidad que atañe a la Federación, entonces comandada por Villar. No es solo que el seleccionador considerase la homosexualidad como "una enfermedad" y que espetara a algunas jugadoras comentarios del tipo "Tú lo que necesitas es un macho". Resulta que, según las protagonistas, se les recomendaba no confesar su condición sexual públicamente, pues desde arriba argüían que los medios de comunicación estaban al acecho de informaciones de esta índole y esto no resultaba conveniente para la imagen de la institución.

Danae Boronat, periodista, escritora y primera mujer en retransmitir por televisión un partido de fútbol, habla de una "connivencia entre Villar y Quereda" y un "interés por que [las jugadoras] estuvieran amedrentadas”. Fue Boronat quien destapó el "infierno" de la selección femenina durante la época del exseleccionador. La autora de No las llames chicas, llámalas futbolistas (Libros Cúpula, 2021), libro que recoge el testimonio de algunas exfutbolistas que también participan en este reportaje, considera que el contexto social es determinante.

Desde luego, la atmósfera en 1996 no era aún la más propicia, pero el plantel de futbolistas decidió enviar una carta a la Federación pidiendo la dimisión de Quereda. Andreu se lo trasladaría a Villar, pero este no habría hecho nada al respecto. El conflicto se resolvió con la fulminación de algunas jugadoras.

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Los resultados, además, no acompañaban. No había preparación adecuada, ni entrenamientos suficientes, ni amistosos, ni análisis de vídeos de los rivales… Sin embargo, en 1997, solo un año después del primer motín, lograron un meritorio tercer puesto en la Eurocopa de Noruega y Suecia. Pero solo había sido un espejismo. En el horizonte, esperaba un desierto de dieciséis años hasta volver a acudir a un evento internacional. Sería la Eurocopa de 2013, en la que serían eliminadas en cuartos de final. Dos años después, el Mundial de 2015 en Canadá cambiaría las tornas.

El fracaso deportivo se convirtió en la primera victoria real. Tras caer en la fase de grupos, las jugadoras redactaron un comunicado contra Quereda. Diecisiete años después, las nuevas futbolistas volvían a protagonizar un motín contra su seleccionador, pero esta vez el impacto mediático sí lo arrastró a la dimisión. Quereda fue, entonces, sustituido por Jorge Vilda. Pero el pulso, aunque fructífero, no les sale gratis. El trato humano cambió, reconocen las protagonistas, pero hubo represalias: Vero Boquete, internacional desde 2008 hasta 2016, fue apartada con la llegada del nuevo técnico.

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El último movimiento de las campeonas del mundo, cerrando filas rotundamente en torno a su compañera Jenni Hermoso, parece definitivo. La corriente de apoyo a la futbolista madrileña corre como la pólvora, ha traspasado fronteras e incluso algunas jugadoras de clubes extranjeros ya han manifestado públicamente su respaldo. Podría ser, como vaticinaba este viernes el presidente del Consejo Superior de Deportes Víctor Francos, "el #MeToo del fútbol español". La FIFA, por su parte, ya ha suspendido a Rubiales —aunque provisionalmente— de todas sus funciones a nivel nacional y mundial. Todo apunta a que, efectivamente, "se acabó".

Resulta oportuno, en todo caso, echar la vista atrás en la historia del fútbol femenino de nuestro país para comprender que las barreras se han ido derribando a través de las generaciones. Presumiblemente, el grupo de la estrella clavará la pica victoriosa, pero el reportaje Romper el silencio es providencial para comprender que otras compañeras pusieron antes la primera piedra.