Si la serie Smiley, creada por Guillem Clua, nos mostraba hace poco las glorias y miserias de las relaciones afectivas en el mundo gay, llega Eres tú para darle otra vuelta de tuerca a la eterna lucha de sexos en clave heterosexual. Como en la serie de Clua, la película de Alauda Ruiz de Azúa se impone un tono amable con una estética atractiva (actores guapos, casas bonitas, etc.) que sirva como reflejo un tanto edulcorado, pero siempre de buen gusto, sobre el estado de ansiedad en el que está sumergido el amor en los tiempos actuales, marcados por la consabida alergia colectiva al compromiso.
Eres tú cuenta los desvelos amorosos de Javier (Álvaro Cervantes), un editor en horas bajas que se enamora de la exnovia de su mejor amigo, Lucía (Silvia Alonso). Para darle una cierta ambigüedad al asunto, también tontea con una camarera y performer con el pelo de colores que ha sido peluquera en Tailandia y modelo de pies en Getafe.
El conflicto es evidente y aquí el rompecorazones de toda la vida se presenta en clave contemporánea, o sea, el coleccionista de mujeres no es tanto una excepción como la tónica en una sociedad en la que las parejas no duran. No hay maldad ni lujuria como en el clásico Don Juan sino más bien una especie de “fatiga” al estilo Han Byung-Chul, los héroes de hoy están cansados. Más que descreídos, habitan en una especie de apatía castastrofista. Ya se sabe, siempre acaba mal. Es lo normal.
¡Malditos escritores!
La falta de idealismo del editor en cuestiones amorosas contrasta con el que proyecta en su trabajo. Dueño de una pequeña editorial en horas bajas, Cervantes se niega a “venderse” y prefiere la ruina al marketing. Su actitud, sin embargo, también esconde una cierta hosquedad terca y malévola, un conflicto con la vida no resuelto formado por resentimientos. O sea, no soy malo, los leones devoraron mi corazón y esto es lo que hay.
Tímido reflejo del mundo literario, quizá un tanto tópico, conocemos a una escritora cuarentona en crisis que se plagia a sí misma y a un veterano corresponsal de guerra que escribe novelas demasiado “comerciales”. En Eres tú los escritores son como los imaginamos, neuróticos y despiadados, lo cual no por tópico quizá también tiene algo de cierto.
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Eres tú ofrece un escaparate sobre una nueva generación de españoles que usan palabras en inglés, han viajado mucho y viven en un mundo posmachista en el que la libertad de las mujeres se da por supuesta. Poco a poco, la película nos contará el viaje del protagonista desde una cierta apatía nihilista a una mayor aceptación de la existencia del otro. Bien dialogada por momentos pero a ratos un tanto falta de bríos, Eres tú es grata de ver y tiene momentos divertidos pero por momentos resulta demasiado complaciente.