Harvey Weinstein, el antaño poderoso titán de Hollywood que desató la tormenta del #MeToo con su historial silenciado de episodios de abusos sexuales, va a pasar el resto de su vida entre rejas. La sentencia emitida por la jueza Lisa Lench tras ser declarado culpable de violación y otros dos cargos de acoso sexual le condena a 16 años de cárcel. Este fallo se suma a la pena de 23 años que ya se le impuso tras otro juicio en Nueva York.
Un jurado de Los Ángeles (California), la tierra donde Weinstein, de 70 años, se coronó como magnate de Hollywood al producir películas como Pulp Fiction, le declaró el pasado diciembre culpable de violación, cópula oral forzada y otro cargo de conducta sexual inapropiada tras ser denunciado por una exmodelo y actriz rusa. El episodio se había registrado en un hotel angelino en 2013 y la mujer denunció los hechos en octubre de 2017, cuando empezaron a salir las primeras informaciones sobre la conducta del productor.
"Esto es una mentira. Esto es una trampa. Por favor, no me condenen a cadena perpetua. Se lo ruego", ha dicho Weinstein, que necesita un andador para moverse, después de escuchar la lectura de la sentencia dirigiéndose a la jueza del Tribunal Superior del condado de Los Ángeles. Dave Ring, abogado de Jane Doe 1, seudónimo con el que se conoce a la mujer en el juicio, señaló que los 16 años para el todopoderoso hombre del cine independiente le proporcionó "descanso y alivio, sabiendo que Weinstein pasará el resto de su vida en la prisión a la que pertenece".
La nueva pena de cárcel que recae sobre el cofundador de Miramax deberá ser cumplida en una prisión de California una vez complete la de 23 años que le impuso un tribunal de Nueva York por delitos sexuales contra otras dos mujeres. Los fiscales habían solicitado la condena más alta de 24 años precisamente por este fallo previo. Los abogados de Weinstein se habían opuesto a esta solicitud debido a la "avanzada edad y salud deteriorada" de su cliente.
A pesar de este fallo, el jurado absolvió a Weinstein de uno de los siete delitos sexuales que se le imputaban y no alcanzó un veredicto unánime para los tres restantes, entre los que se encontraba el caso de la cineasta Jennifer Siebel Newsom, esposa del gobernador de California Gavin Newsom.
El productor había sido denunciado por cuatro mujeres -que explicaron de forma detallada su modus operandi de depredador sexual- y por hechos que ocurrieron entre 2005 y 2013 en las habitaciones de un hotel de Los Ángeles. Él ha defendido que todos los encuentros fueron consensuados y que las víctimas aceptaron tener sexo con él a cambio de favores profesionales.
Las acusaciones contra Weinstein provocaron un auténtico terremoto en la industria de Hollywood y ayudaron a impulsar el movimiento #MeToo de mujeres que han ido denunciado el acoso y los abusos que han sufrido por parte de hombres poderosos de los medios, la política y otros ámbitos. Este proceso sacó a la luz una cultura de silencio que durante mucho tiempo ha permitido que ese tipo de conductas nunca fuesen cuestionadas públicamente.